BELÉN NAVA | 7-06-2019
Familia, Iglesia y escuela son los tres grandes pilares en los que se sustentan la Fundación Colegios Diocesanos ‘San Vicente Mártir’ que este año cumple sus bodas de plata.
Asesorar, promover, ayudar en la gestión de los centros y formar a directores y profesores de los Colegios Diocesanos son los objetivos fundamentales de esta institución, creada en 1994 por el entonces cardenal arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, para coordinar a todos los centros cuya titularidad ostenta el Arzobispado, bien directamente o a través de las parroquias donde se ubican.
Presidida por el sacerdote y presidente de la Comisión Diocesana de Educación Rafael Cerdá, la Fundación San Vicente Mártir ofrece, en el día a día, otros muchos servicios.
“La Fundación San Vicente Mártir actúa como un referente para los distintos Colegios Diocesanos, somos una entidad de confianza que les respalda a todos los niveles”, señala Miguel Ángel Coello, gerente de la Fundación.
De esta manera se cuenta con departamentos como el de innovación pedagógica, en el que se planifica, gestiona y organiza la formación para Colegios Diocesanos a través de cursos, encuentros y jornadas.
En el apartado económico-financiero, tratan de ahorrar tiempo a los Colegios Diocesanos y mejorar su rentabilidad económica.
Despachan consultas contables, fiscales, y económicas y atienden todos los escritos o requerimientos procedentes de organismos oficiales, como Consellería, Ha­cienda, etc.
En el departamento laboral, se procede a la afiliación, altas, ba­jas y modificaciones en el Ré­gimen General de la Seguridad Social de los trabajadores de los centros y otras gestiones laborales, dependiendo de si los colegios son o no concertados.
Por último, en el área jurídicaadministrativa se encargan de defender los intereses de los Co­legios Diocesanos ante la Admnistración Educativa y asesorar a los centros en los aspec­tos jurídicos y or­ganizativos.
La Fundación agrupa a los colegios diocesanos que nacieron gracias al interés de un grupo de sacerdotes diocesanos que, alrededor de los años 40, se dieron cuenta de la importancia de la educación católica en un momento en el que sólo había dos institutos en Valencia.
Algunos de ellos son ya centenarios y “todos son de iniciativa social, ofreciendo así a los padres la posibilidad de optar por un tipo de educación que esté de acuerdo con sus convicciones”, recuerda Rafael Cerdá que insiste en que en los Colegios Diocesanos “educamos para que la persona pueda ir creciendo y desarrollando sus cualidades. Es el mayor acto de amor que podemos hacer desde el colegio”.
“Somos una gran familia en la que sabemos de las necesidades de nuestros hijos/alumnos y, a su vez, de la riqueza que cada cual aporta”, explica porque “son 67 colegios pero realmente son uno más uno más uno…con un nombre, con una dirección, con una parroquia en la que viven…es sentirte en familia”.
Celebraciones
Y ahora, tras 25 años de andadura, la gran familia que conforma los colegios diocesanos lo celebrará con una eucaristía de acción de gracias este viernes 7 de junio, a las 19 horas en la Catedral. Posteriormente, a las 21 horas, la banda de música de los colegios ofrecerá una audición en el colegio diocesano Ave María de Peñarrocha de Valencia, ubicado en la Avenida de Francia, 3.

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