EVA ALCAYDE 27-05-2016
José María Taberner, Ignacio Grande y Fani Raga, en la rueda de prensa. V.GUTIÉRREZ
Aumenta la desigualdad social y la pobreza se intensifica y se cronifica. Son las conclusiones a las que ha llegado Cáritas Diocesana de Valencia tras el análisis de los datos del último año. En 2015, se beneficiaron de las ayudas de Cáritas un total de 71.869 personas, la mayoría de ellas, un 74 %, eran ya conocidas de años anteriores.
No es que haya más personas necesitadas que otros años -los atendidos representan el 2,6 por ciento de la población de la diócesis-, sino que las que hay tardan más en salir de esta situación precaria. “Los beneficiarios de las ayudas necesitan ser apoyados durante más tiempo y precisan de un abanico de intervenciones más amplio, debido a la escasa protección social y a la precariedad en el empleo”, explica el director de la entidad Ignacio Grande.
Cáritas Diocesana, que presenta esta semana su memoria anual coincidiendo con el Día de la Caridad y del Corpus Christi, ve con gran preocupación este cada vez mayor cronicidad e intensidad de la pobreza.
Además la entidad ha detectado “ciertos factores” que incrementan el riesgo de caer en pobreza y exclusión social, como “residir en un hogar monoparental, tener poca formación y menos acceso al mercado laboral, pertenecer a una minoría étnica o tener padres con una nacionalidad diferente a la española”.
Mujeres jóvenes y españolas
En cuanto al perfil de las personas beneficiarias, la memoria anual de Cáritas refleja que se mantiene la mayor presencia de personas de origen español (53 %), la mayor parte de ellas, mujeres (75 %). Las personas que más demandan el apoyo de Cáritas son parejas jóvenes y mujeres solas con hijos, y personas inmigrantes.
Entre los datos más significativos de la memoria de Cáritas, además del aumento de voluntarios, destaca el aumento de viviendas -que pasan de 17 a 25- donde se alojaron 140 personas entre migrantes y refugiados, familias y personas sin hogar. También destacan las 1.475 inserciones laborales logradas y los 48 cursos de formación para el empleo en los que participaron 941 personas.
Respecto a la ayudas a la alimentación, 8.102 familias se beneficiaron el año pasado de los 52 economatos disponibles en la diócesis de Valencia, en los que se invirtieron más de 876.000 euros. Las Cáritas parroquiales también destinaron un total de 85.642 euros en ayudas para gastos farmacéuticos.
Grande ha insistido en “la necesidad de que las diferentes administraciones públicas asuman la atención a las familias en situación de exclusión social y cubran sus necesidades básicas como la alimentación, la vivienda, la educación o la salud”.

Recursos económicos y humanos

Para desarrollar todas sus actividades, la entidad contó con 5.672 personas voluntarias e invirtió más de 4 millones de euros a través de las Cáritas parroquiales y sus programas con los colectivos a los que atiende (inmigrantes, mujeres en contexto de prostitución, personas sin hogar, familias y menores).
Las ayudas de las Cáritas parroquiales se destinaron sobre todo a la atención de necesidades básicas: alimentación, vivienda, educación y medicamentos. La mayor parte del dinero que gestiona (65 %) procede de fondos propios.
Con el lema ‘Practica la Justicia. Deja tu huella’, Cáritas ha presentado también su campaña institucional con la que propone “un cambio de modelo socioeconómico que garantice el ejercicio de los derechos para todas las personas”, así como una apuesta por una economía social y solidaria y por un empleo digno.
Por otra parte, en el magazine sociorreligioso ‘Encuentros’ que este sábado emitirá TV Mediterráneo a las 13 horas, intervendrán a Ignacio Grande y Fani Raga, director y secretaria general de Cáritas Diocesana, respectivamente.