Ciertamente el sufrimiento, tanto físico como psíquico, de una enfermedad discapacitante progresiva conlleva un enorme desgaste emocional, tanto del enfermo como de sus seres más queridos (síndrome del cuidador), que hace aparecer la muerte como la única salida de esa dura situación. También lo vemos en muchos padecimientos, aunque no sean terminales, como pueden ser el riesgo de suicidio en todo enfermo con trastorno depresivo. Nadie es plenamente responsable de sus actos ante un sufrimiento extremo.
Pero el ser humano adulto no se guía por sus emociones (de sufrimiento o de placer), aunque es precisamente a través de ellas como es fácilmente manipulable. En los momentos más álgidos de las emociones la razón es capaz de dominarlas para que el ser humano no sea arrastrado por ellas. Existen múltiples ejemplos en nuestra vida cotidiana. Si esto hacemos habitualmente con los hechos ordinarios, cuánto más con los momentos trascendentes de la vida.
En 2004 comenzó una campaña de “sensibilización social” a favor de la eutanasia con la película de Amenábar, “Mar adentro”, con amplio presupuesto de 10 millones de euros y enorme despliegue mediático en su estreno, al que asistieron el presidente Zapatero y 6 ministros de su Gobierno. En ella, Ramón, tetrapléjico, afirma que sólo la persona que de verdad lo ame, será quien le ayude a morir, todo ello envolviendo al espectador en una densa nube emocional que le propicia ver los hechos en una sola dirección. No pueden negarse ciertas coincidencias con la película promovida en 1941 por Joseph Goebbels, para concienciar a la población alemana sobre la necesidad de la eutanasia, “Ich Klage an” (“Yo acuso”), en la que Hanna, enferma de esclerosis múltiple, suplica entre lágrimas a su marido Thomas – prestigioso médico de Munich– que acabe con su vida: “Si me quieres de verdad, prométeme que me librarás de eso con anticipación”. Algo nos recuerda esto.
La votación que se realizó en esos momentos para aprobación de la eutanasia en el Pleno del Congreso Español a propuesta de ERC, se resolvió con 18 votos a favor, 293 en contra y 5 abstenciones. Los sondeos daban una gran población contraria a esta práctica, especialmente entre los ciudadanos mayores. También un segundo intento fue rechazado en el Congreso, el 22-Feb-2007, al contar sólo con los votos de IU-ICV, ERC, PNV, BNG y 1 voto de CIU.
Diversos intentos nacionales no han conseguido hasta ahora salir adelante, si bien las declaraciones de varios ministros socialistas (Bernat Soria 24-09-2007, Rubalcaba 22-8-2011, etc.) han ido recordando que “la eutanasia es una asignatura pendiente en España”.
La mitad de las Comunidades Autónomas han ido legislando en sus competencias desde 2010 sobre la atención sanitaria al final de la vida con tendencias diferentes entre ellas.
La nueva Proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia redactada por el Grupo Parlamentario Socialista y presentada al Congreso de los Diputados en mayo del año pasado (BOCG 21-05-2018) se quiere respaldar dándole el mayor impacto mediático al reciente caso de Mª José Carrasco, que se ha suicidado asistida por su esposo. Se pretende trasladar a la sociedad y a los mass media el juicio absolutorio o condenatorio sobre los actos de unas personas realizados en medio de una situación de enorme sufrimiento en que no veían ninguna esperanza.
No caigamos en la ingenuidad, ni en la manipulación a través de las emociones. Recordemos que el ser humano es racional y que tiene una dimensión espiritual (seamos creyentes o no). Observemos que la proposición de ley socialista y la campaña mediática orquestada más que responder a una demanda social, lo que pretende es crearla. Objetivamente, respecto a la supuesta “demanda social”, la eutanasia no aparece como uno de los “problemas principales que existen actualmente en España”, según recogen los datos del CIS.
No es cierto tampoco que “los países de nuestro entorno” hayan legalizado la eutanasia: de los 29 países de la Unión Europea, sólo está legalizada en el Benelux (Holanda, Bélgica y Luxemburgo), y el suicidio asistido aisladamente en un cantón de Suiza. De los 195 países que hay en el mundo, sólo cabe añadir a los que la tienen legalizada Canadá y Colombia, y el suicidio asistido en 5 estados de Estados Unidos
Si 190 naciones consideran que el derecho a la vida es un bien básico de la persona y que si eliminamos la vida cesan obviamente TODOS los demás derechos de la persona, no parece que la eutanasia sea una prioridad legislativa en nuestro país, fuera de intereses políticos manipuladores.
No olvidemos que tanto el Consejo de Europa (Recomendación del 25/6/1999, suscrita por España), como el Consejo General de Colegios Médicos de España, en su Código Deontológico, y también la Asociación Médica Mundial, afirman con claridad meridiana que es contrario a toda ética profesional poner fin a la vida de un enfermo en cualquier circunstancia.
Ignacio Gómez, Doctor en Medicina,
Profesor de Bioética de la Universidad Católica de Valencia S. Vte. Mártir,
Presidente de la Sectorial de Salud de la Federación Internacional de
Universidades Católicas
Justo Aznar, Doctor en Medicina,
Director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de
Valencia S. Vte. Mártir
Miembro de la Real Academia de
Medicina de Valencia