C.A. | 8-03-2019
José Salvador Murgui, cronista oficial de Casinos, puede decir que ha conocido en persona a los tres últimos papas y que ha sido ante ellos un auténtico embajador de Casinos y de sus dulces, puesto que a los tres ha entregado en sus manos las peladillas y turrones típicos de la localidad. De hecho, hace unas semanas tuvo un encuentro con el papa Francisco y le entregó los famosos dulces.
El encuentro con el Papa, como relata el mismo José Salvador, tuvo lugar tras asistir a la misa que el Santo Padre celebra por la mañana en la residencia de Santa Marta y a la que no acuden más de una veintena de personas. “Todo un honor para mi, ya que pude estar durante la celebración de la eucaristía en primera fila y me sirvió para darme cuenta de la gran sencillez de Francisco”, nos dice. Participar en esta misa, que el Papa celebra en latín, fue para Murgui “un gran regalo, puesto que vivir la misa con esa intensidad y rezar junto y al lado del Papa para un católico es algo muy importante”. De hecho, añade, “me impactó la cercanía y que durante la homilía, que fue muy enternecedora, te está hablando y te está mirando”.
Tras la celebración de la misa, tal y como hace habitualmente el Papa, saluda uno por uno a todos los asistentes. El también ex alcalde de Casinos a pesar de ser el último de la fila también pudo conversar unos minutos con el Santo Padre. “Le dije de donde venía y conocía perfectamente Valencia”, destaca.
“Yo le conté que cada vez que habla de que el mundo se aboca a una tercera guerra mundial me aterroriza y sin embargo el papa me llamó a no caer en la desesperanza”. En ese momento, como relata Murgui, le enseñó una estampa del patrón de Casinos, el Santísimo Cristo de la Paz. “En ese momento me cogió de las manos y me invitó a desear la paz”, agrega.
Murgui resume el encuentro como “una conversación de complicidad”. Tal y como hizo con sus predecesores durante su encuentro le entregó turrones y dulces de Casinos: “dulces de Valencia”, dijo Francisco agradeciendo el gesto y entre risas. “Yo le dije que se los daba en nombre de todos los vecinos de Casinos, de la que me siento todo un embajador”, apunta.
Este encuentro, como resume Murgui, “ha supuesto una gran felicidad y una confirmación en la fe por parte del Papa, ya que me nace el agradecimien­to de pertenecer a la Iglesia”. “Además en un momento con tantos problemas hay que po­ner en valor su figura y su deter­minación por conseguir la paz y la libertad, además de áni­mo para que los cristianos seamos la sal y la luz del mundo”, aña­de.
Con tres papas
Con este encuentro ya es toda una tradición la entrega de dulces de Casinos a los papas. La primera vez lo hizo en 1993 a san Juan Pablo II, gesto que repitió en varias ocasiones y por lo que el papa polaco, como recuerda Murgui, le llamaba “el alcalde del turrón”. “Ahora para mi cada vez que voy a Roma es un momento de gloria y paz arrodillarme ante su tumba, la de un santo que he conocido”, apunta.
A Benedicto XVI también pudo entregarle los dulces y le respondió entregándole unas medallas y rosarios de Juan Pablo II. “Tu amigo”, me dijo.
Además, Murgui desde hace muchos años envía por Navidad y como regalo los dulces típicos. Ahora lo hace a Francisco, al papa emérito Benedicto XVI, así como al que fue el secretario personal de Juan Pablo II, Stanisław Dziwisz.