EVA ALCAYDE | 15-06-2018
El Aquarius navega por el mar Mediterráneo con 629 inmigrantes a bordo.Entre el viernes y el sábado está previsto que Valencia reciba a los 629 inmigrantes a bordo del buque Aquarius, recogidos del mar. Finalmente, el barco transfirió el martes dos embarcaciones italianas de rescate a 500 de esos 629 migrantes, para después partir juntos hacia el puerto de Valencia.
Y mientras eso sucede en alta mar, en tierra firme todos se movilizan para esta acogida de emergencia sin precedentes.
Entre ellos el Cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, que ha constituido un gabinete especial de emergencia para coordinar y ofrecer todos los recursos de que dispone la Iglesia en Valencia para asistir a los migrantes que se encuentran a bordo del buque Aquarius.
El Arzobispo ha puesto a disposición de la Administración la máxima colaboración para atender las necesidades de estos 629 inmigrantes -de ellos 123 son menores no acompañados- así como la amplia red asistencial y educativa de la Iglesia, las parroquias y los Colegios Diocesanos.
El Secretariado Diocesano de Migraciones será el encargada de coordinar la ayuda de la Iglesia, junto a Cáritas Diocesana de Valencia, el Servicio Jesuita a Migrantes y la Conferencia Española de Religiosos (CONFER).
Al cierre de esta edición de PARAULA estaba prevista una reunión de emergencia entre la Administración Valenciana y las principales entidades que trabajan con la acogida de inmigrantes y refugiados como Cruz Roja, Cear, Cáritas y Acnur, entre otras.
Según lo previsto, la primera acogida la llevará a cabo Cruz Roja, y después se organizará un dispositivo de derivaciones a otras entidades.
“Al tratarse de una emergencia, la acogida será provisional. No hay competencia local o autonómica para estos temas, sino que la competencia la tiene el Estado, por lo que tras esta acogida inicial y temporal en Valencia, que será de uno o dos meses, el Estado redistribuirá a los inmigrantes por toda España”, explica el sacerdote Olbier Hernández, responsable del Secretariado Diocesano de Migraciones.
Para el dispositivo del Aquarius, Olbier Hernández considera que lo más conveniente es ofrecer albergues o casas de ejercicios de espiritualidad, con capacidad para muchas personas, ya que “los inmigrantes que van a venir tienen el mismo perfil y así se les puede ofrecer una atención conjunta más efectiva”.
Por su parte para el director de Cáritas Nacho Grande, el reto es enorme ya que “es la primera vez que nos enfrentamos con una situación de estas características, por la emergencia y por la magnitud, ya que son 600 personas, muchas de ellas menores de edad”.
Sin embargo, a pesar de la dificultad del operativo, el director de Cáritas se muestra confiado, ya que “tenemos experiencia en la atención a personas migrantes y podemos aportar esa experiencia y esas ganas de acoger a los hermanos que necesitan ser acogidos”, destaca Grande que insta a la Administración a atender y acompañar de manera digna a estas 600 personas.
En 2017 la diócesis atendió a 25.000 personas migrantes y refugiadas
La Iglesia en Valencia no es novata en el trabajo de la acogida y ayuda a inmigrantes y refugiados. En 2017 a través de Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales se atendió a más de 25.000 personas migrantes y refugiadas con proyectos de primera asistencia, asesoramiento jurídico, acompañamiento personal, etc. Además, el Programa de Vivienda de Cáritas cuenta con 28 viviendas para acompañar a personas migrantes en situación de irregularidad administrativa, personas en situación de sin hogar y familias en situación de vulnerabilidad.

“En casa hay sitio para un hermano más”

Hace tres años la diócesis de Valencia puso en marcha el Proyecto Diocesano de acogida a Refugiados y Cristianos Perseguidos “En Casa hay sitio para un hermano más”. Es un trabajo en red, con Cáritas, la CONFER y el servicio Jesuita a Migrantes de Valencia. Actualmente hay acogidos más de 100 refugiados, de 16 países. La diócesis trabaja en contacto directo con el CAR, el Centro de Ayuda al Refugiado, ubicado en Mislata. “Actualmente hay cuatro pisos parroquiales puestos a disposición de estas familias y se ha formado una red de acompañamiento humano, social, espiritual, pastoral”, explica el Olbier Hernández, que remarca que “la Iglesia no solo acoge a los refugiados, sino que les acompaña hasta su proceso final de integración”.
También, hace seis meses se puso en marcha el Proyecto “Acoger en Compañía”, una Casa para familias refugiadas o migrantes, en situación de vulnerabilidad, que ya han pasado por las ayudas del Estado y se encuentran desamparadas. En estos momentos hay tres familias acogidas en esta situación.