María José Fraile | 22-10-2015
El instrumento musical por excelencia para las celebraciones litúrgicas sigue siendo hoy el órgano de tubos. Así se recoge en el número 120 de la El organista Pablo Márquez. (Foto: Alberto Sáiz)constitución sobre Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II. Y para fortuna de la diócesis valentina, el próximo jueves 22 se bendecirá el nuevo órgano de la Catedral, tras varios años de restauración. El organista de la Catedral Pablo Márquez, se ha convertido a sus 31 años es uno de los más jóvenes en España en desempeñar este cargo. Para su inauguración, él junto al Cabildo han organizado un festival de alto nivel artístico en el que intervendrán algunos de los organistas más destacados de Europa como el profesor Michel Bouvard.
-¿Cómo te sientes a pocos días del inicio del concierto inaugural?
– Después del proceso tan largo que supone la construcción de un instrumento como éste, la emoción que más me invade es la ¿expectación? (Dice muy pensativo) Por una parte, muy ilusionado por compartir los resultados obtenidos durante tanto tiempo de trabajo, y por otro lado un sentimiento de responsabilidad por que todo salga bien. La inauguración del órgano es un punto de partida importante para la liturgia y la música de órgano en la Catedral y como es lógico queremos prepararlo lo mejor posible.
-En el festival intervendrán artistas de renombre mundial. ¿Qué es lo que más les ha atraído de nuestro órgano para hacer un hueco en sus apretadas agendas de concierto?
– Durante el festival vamos a tener la suerte y el privilegio de escuchar y conocer a músicos de un nivel excepcional, que hasta ahora no habían podido visitar nuestra ciudad. Con Michel Bouvard -profesor de órgano del Conservatorio de París-, me une una larga relación. En 2007 me trasladé a Francia para estudiar con él y desde entonces ha seguido muy de cerca el proceso de lo que parecía un sueño con el órgano. Por esta amistad y por la calidad indiscutible del instrumento ha accedido a acompañarnos en esta cita histórica. Uno de los planteamientos de la programación del festival es el de presentar el órgano en sus diferentes vertientes mostrando combinaciones inimaginables para el público valenciano, llenas de originalidad. Este romper los esquemas clásicos de un concierto de órgano clásico es lo que más ha entusiasmado a los artistas invitados.
-¿Qué significa el nuevo órgano para la Catedral y el resto de la diócesis?
– Un instrumento tiene la vertiente litúrgica y artístico-musical. Por una parte supone una apuesta por una liturgia de calidad en la que la música tenga un papel importante y cuya única finalidad es animar a que la gente participe de forma activa en cada ceremonia, para ayudar a vivirla más plenamente y a elevar su espíritu en un ambiente de oración y recogimiento. En segundo lugar, el aspecto artístico-musical es importante para la conservación y fomentación de un patrimonio que se nos ha dejado como legado, a través de partituras, instrumentos… Cualquier sociedad necesita del arte para alimentarse espiritualmente. El ser humano necesita de ese mundo interior para madurar y evolucionar, y la música es una gran ayuda en la andadura de ese camino. Si Dios es la Belleza absoluta, la música y el arte no dejan de ser un pequeño reflejo de Dios, y un buen punto de partida para encontrarle. Por otra parte, este nuevo órgano sirve para animar a las otras parroquias de la diócesis a seguir cuidando la liturgia, aunque no siempre se pueda obtener un instrumento como éste.
-¿Qué cualidades hacen que el órgano sea el instrumento predilecto para el acompañamiento de la liturgia?
– La fe tiene muchas maneras de adaptarse a diferentes culturas y tradiciones. La liturgia no se entiende de la misma manera en África -donde la percusión tiene una gran importancia, al igual que el canto o la danza- que en Europa o Asia. Por eso es un poco atrevido juzgar un instrumento como bueno o malo para la liturgia. Se puede hablar de instrumentos más o menos apropiados por lo que nos evocan o por la capacidad que tienen para ayudarnos a trascender o imbuirnos dentro de una celebración, y esto es algo que puede cambiar según la cultura. También se debe discernir entre música litúrgica y música sacra, religiosa, vocacional, etc. Ambas tienen su sentido y contexto, y por lo tanto poseen instrumentos más adecuados para unas y para otras. Durante mis estudios en el extranjero he comprobado cómo en las diferentes ramas del cristianismo el órgano ha tenido una gran importancia como soporte para expresar las suplicas y acciones de gracias de los feligreses. Alrededor de tal instrumento hay un repertorio musical conocido que se remonta a más de cinco siglo en el tiempo, y que no es sólo una muestra de la artesanía musical de unas personas que vivieron hace siglos sino que son un testimonio patente de la búsqueda y el deseo de encontrar una mejor conexión entre esos “dos mundos”: el espiritual y el terrenal. A pesar de ello, es necesario la actualización y la reinvención para adaptarse a los tiempos modernos.

Lea el reportage íntegro y las páginas especiales dedicadas a la bendición del nuevo órgano en la edición impresa de PARAULA