BELÉN NAVA | 28-03-2019
En la dilatada historia musical valenciana, san Vicente Ferrer ha sido fuente de inspiración para grandes músicos como Juan Bautista Comes. Ahora, cuando se acerca el sexto centenario de la muerte del santo dominico, el pueblo valenciano quiere rendirle un homenaje a su patrono con el estreno de un himno, el próximo seis de abril, a las ocho de la tarde, en la Catedral de Valencia. Compuesto por el músico Bernardo Adam Ferrero y con letra de Amparo Cabrera, condensa en sus notas el sentir popular.
– ¿Cómo surge la idea de componer un himno oficial al VI centenario de la muerte de san Vicente Ferrer?

– Los himnos nacen como exaltación de valores, unión de grandezas conseguidas, glorificación de la historia y sus tradiciones y, en este caso, como con­memoración de un gran santo valencia­no que con su palabra resaltó la solidaridad y la fe cristiana entre nosotros.
– ¿Qué clase de composición es?
– La estética de la obra obedece a una forma himnaria compuesta para órgano y coro popular unisonal. Se ha realizado otra versión para banda y coro para facilitar su divulgación en cualquier lugar o situación.

– Junto al himno, próximamente también se estrenará el poema sinfónico ‘San Vicente Ferrer: El Apóstol de Europa’, ¿qué elementos destacaría de él?

– Los textos poéticos de Amparo Cabrera han sido sugeridores de una música que pretende llegar a todos los corazones del mundo cristiano. Por otra parte he compuesto, para la ocasión, una obra sinfónica resaltando cuatro momentos de la vida del santo: su juventud e ingreso en la orden, su encuentro con Benedicto XIII y su estancia en Aviñón, su predicación itinerante, el compromiso de Caspe y muerte y glorificación. La narración de esta obra ensamblada con la música, igualmente con los textos literarios de Amparo Cabrera, resaltan la personalidad de este gran santo.

– ¿De dónde surge su interés por la figura del santo dominico?

– Como español y valenciano me enorgullece la figura de san Vicente Ferrer y su contribución al mundo intelectual de su época, su sensibilidad y determinación en la evolución de un periodo histórico y determinante. Contribuir, desde la música, a recordar a uno de los santos más preclaros ha sido mi interés y, obviamente, un gran honor.
– Ahora, al ver el trabajo ya hecho y a falta de pocos días para el estreno del himno y del poema sinfónico, ¿que huella ha dejado en usted san Vicente?
– Para el mundo cristiano la figura de san Vicente Ferrer representa un bello ejemplo de sensibilidad manifiesta hacia los demás. La música, con su proyección sonora y con las diversas obras compuestas en torno a la figura del santo por compositores de nuestra tierra, deberían figurar en las programaciones musicales de los ciclos de conciertos en este año vicentino. Hay que recordar siempre a esta gran figura de la Iglesia católica y expresarla a través del arte musical tiene una doble significación de admiración y respeto hacia nuestro santo valenciano dominico.

– ¿Se podría, a través de la música y de otras expresiones artísticas perpetuar el legado del santo dominico?

– La fiesta de san Vicente Ferrer, nuestro gran santo valenciano, admirado y reconocido en todo el mundo, debe ser un buen punto de arranque creando o estimulando otras iniciativas de orden musical que puedan generar un mayor conocimiento de expresividad artística, desde el interés de los compositores actuales y la diversidad de grupos musicales valencianos hasta el fenómeno culto y sensible que pueda encontrar, a través de la música, el mensaje de amor que San Vicente ofreció a la vida y a los valores universales. Una audición, o más, de las obras musicales que se conocen dedicadas al santo es, o debería ser, motivo de reflexión por parte de las instituciones y puesta en marcha de este bello proyecto.

– ¿Cuánta música existe dedicada a San Vicente Ferrer?, y más aún, ¿cuántas obras conocemos?

– Los compositores valencianos han escrito excelentes páginas. El maestro Salvador Giner compuso para orquesta la ‘Marcha a San Vicente Ferrer’; Juan Bautista Guzmán, el gran músico de Aldaya, injustamente olvidado, compuso a tres voces y coro la ‘Misa a San Vicente Ferrer’. Juan Bautista Comes, el músico más importante de nuestra historia musical dedicó a nuestro santo valenciano el villancico multicoral a 12 voces ‘Érase señores un hombre en el suelo’. Por cierto, el pasado año fue el 375 aniversario de su fallecimiento sin que se programara ni una sola obra. Juan Cuevas (Guadassuar, 1782-Valencia, 1855) con ‘Alma Vincenti’, himno de vísperas a 8 voces y órgano. Pascual Fuentes Alcácer (Aldaya, 1721-1768) compuso el villancico para el bautismo de san Vicente Ferrer ‘Que plaer tan del cor hui demostra’.
Tambien José Pradas Gallent, el compositor de Villahermosa del Río (1689-1757) compuso para el santo el motete a 8 voces y bajo continuo ‘Ardebat Vincentius’. Ambrosio de Cotes (Villena, 1550-Sevilla, 1603) con el motete ‘O lux et decus Hispaniae’. Ya más recientemente, Miguel Asins Arbó (1916-1996) con su ‘Himno a san Vicente Ferrer’ a coro y órgano. Yo mismo compuse el poema sinfónico ‘En el claustro de Santo Domingo’, obra que en su tercer movimiento lleva por subtítulo ‘La celda de San Vicente’, lugar donde permaneció dieciocho años en lo que es hoy el Cuartel General de la Defensa en Valencia.
Esta breve muestra nos puede dar una idea de las posibilidades reales de programar estas músicas que los compositores ya han materializado a través de sus partituras en la dilatada historia musical valenciana.