L.B. | 9-02-2013
“El hecho de que se vaya a abrir este proceso corre en paralelo al deseo de muchos obispos y fieles de Francia. ¡Viva España, que se preocupa de la santidad de los de Francia”. Así, con cordialidad y buen humor se expresó el rector de la basílica de Santa Teresita de Lisieux, Mons. Bernard Lagoutte, durante la apertura en el Palacio Arzobispal de Valencia el pasado día 7 del proceso canónico que estudiará el presunto milagro en una niña valenciana por intercesión de los beatos Louis Martin y Zélie Guérin, padres de la santa. De probarse el milagro, Louis, Zélie y su hija Santa Teresita serían el único caso en la historia de la Iglesia de un matrimonio y su hija declarados santos.
El 15 de octubre de 2008 nació en Valencia una niña prematura con muchas y muy graves complicaciones. La primera frase que los padres oyeron pronunciar a la comadrona tras el nacimiento fue: “Hay que esperar lo peor”. Los médicos no sabían qué hacer. Lo realmente asombroso es que, tras encomendarse a la intercesión del matrimonio francés, la niña sanó rápida e inexplicablemente y, en la actualidad, lleva una vida completamente normal sin secuela alguna. Ahora, acaba de abrirse la causa para estudiar si esta curación podría tratarse de un milagro atribuible a la intercesión de los esposos Martin.
Jura el tribunal
La apertura del proceso fue presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro. Siguiendo el protocolo, el canciller del Arzobispado, Jorge Miró, leyó la traducción del libelo de demanda escrito por el postulador de la causa de canonización del matrimonio Martin, el carmelita Antonio de la Madre de Dios Sangalli, y dirigido a monseñor Osoro. En él narra los hechos constitutivos del presunto milagro y solicita que se instruya la causa canónica, para lo que adjunta la lista de testigos y documentos recogidos hasta ahora sobre el caso.
El religioso confirmó su solicitud y entregó al prelado el mandato que le acredita como postulador de la causa. A continuación, se nombró el tribunal que a partir de ahora instruirá la causa: monseñor Ennio Apeciti, como juez delegado; el sacerdote valenciano José Vicent Castillo Peiró, promotor de justicia; el delegado diocesano para las Causas de los Santos, Ramón Fita Revert, notario actuario; y Fabio Regazzoni, notario adjunto. Asimismo, se designó al médico Giuseppe Paterlini perito del tribunal para que ayude a investigar los hechos e interrogar a los testigos y resuelva las dudas que puedan surgir durante la instrucción. Todos ellos aceptaron y juraron sus respectivos cargos.
Para concluir, el padre de la niña sanada leyó una breve semblanza del matrimonio Martin.
La niña, en la ceremonia
Testigos de todas estas formalidades fueron los padres y otros familiares de la niña curada que se encontraban en el salón gótico del Palacio Arzobispal donde tuvo lugar el acto.
Y no podía faltar la niña que, con la inocencia propia de sus 4 años y ajena a la solemnidad del momento y a la importancia de la gracia de que presuntamente ha sido objeto, estuvo jugueteando con su hermano, entre las butacas, pasando de los brazos de su madre a los de su padre, comiendo una enorme piruleta que le acababan de regalar o ‘haciendo caras’ ante la cámara del fotógrafo, lo que contribuyó a dar al acto un toque de espontaneidad y familiaridad.
Testigos y documentación
A partir de ahora, el tribunal se encargará de recoger documentación, pruebas médicas y testificales para examinar y probar la existencia del milagro. Una vez transcurrido el período de estudio en la fase diocesana el tribunal remitirá la documentación a la Santa Sede. Allí, todo será valorado por el congreso de médicos de la congregación vaticana para las Causas de los Santos, por la comisión de teólogos y, finalmente, por la de Obispos y Cardenales, que remitirán y presentarían la documentación al Papa, quien promulgaría el “decreto de milagro”, el segundo atribuido a la intercesión del matrimonio francés, lo que posibilitaría su canonización.
“Todo esto ha sido una experiencia increíble”.
Así, explican los padres de la niña – que prefieren mantener el anonimato- lo que han vivido durante estos últimos cuatro años. Esperaban con alegría el nacimiento de su segundo hijo. El embarazo era de riesgo. Cuando nació la niña les advirtieron de lo mal que estaba. Conforme pasaba el tiempo, se iba agravando. “Empezó con una hemorragia cerebral pero se complicó con los pulmones, el corazón…”, recuerdan. No respondía a los tratamientos y los padres estaban preparados para lo peor.
Pero no perdieron la esperanza. Como la niña había nacido el día de Santa Teresa de Ávila, el padre decidió encomendarse a la santa. Incluso buscó en internet el convento de Carmelitas más próximo. “Llegué de noche. Estaba cerrado y sólo pude hablar con las monjas por el telefonillo. Pero el domingo siguiente fuimos allí a misa”, cuenta el padre. Fue entonces cuando las religiosas les sugirieron que pidieran la intercesión de los padres de Santa Teresita de Lisieux, que habían sido beatificados sólo unos días antes, porque ya había sanado a un niño. Les dieron una estampita con una oración y les dijeron que se unirían a su oración.
Reconocen que “rezamos con muchísima fe” porque era un momento crucial. Tras varias semanas críticas, la niña, de repente, experimentó un cambio radical. Los médicos no se lo creían.
Al enterarse de la recuperación inexplicable de la niña, las religiosas se pusieron en contacto con las Causas de los Santos. Aunque los médicos dijeron que a la niña le quedarían secuelas, “está completamente normal. Habla, va al cole y lo ha vivido todo perfectamente bien”. La familia no puede dejar de dar gracias por todo. Incluso, cuando en enero del siguiente año las reliquias de los padres de Santa Teresa de Lisieux vinieron a España, acudieron a venerarlas.

Lea la biografía de los padres de Santa Teresita de Lisieux en la edición impresa de PARAULA así como los testimonios completos de los miembros del tribunal “Para la medicina, algo extraordinario» Giuseppe Paterlini. Médico perito del tribunal “Se nota cada vez más la intercesión de los beatos”. Mons. Bernard Lagoutte. Rector basílica Sta. Teresa de Lisieux   “Si se confirma, todo un gesto de Dios”. Mons. Ennio Apeciti. Juez delegado del tribunal   “La ciencia no lo es todo; estamos en manos de Otro”. Antonio de la Madre de Dios Sangalli. Postulador del proceso. Carmelita descalzo.