La Basílica de la Virgen, llena de jóvenes. Foto: Alberto Sáiz.
REDACCIÓN | 10-12-2014
La Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia se llenó de jóvenes que, sentados en el suelo del templo, participaron en la tradicional vigilia de la Inmaculada en la víspera de su solemnidad el pasado 7 de diciembre y que estuvo presidida por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares.
“Urgentísima, urgentísima, la nueva evangelización”. Con este doble remache superlativo puso todo el énfasis el Cardenal en su catequesis sobre la prioridad que debe tener la nueva evangelización en la acción de los jóvenes, teniendo a María siempre como “maestra insuperable de la fe” y experimentando la “permanente juventud del amor de Dios”.
A los pies de la imagen de la Virgen de los Desamparados, “la toda santa y hermosa”, el Cardenal también exhortó a los jóvenes a que “no tengáis miedos a ser santos, a ser servidores de Dios”.
Tras el rezo del rosario, el purpurado les preguntó a los jóvenes si “¿sabéis de alguien que haya hecho más por los hombres en la historia entera de la Humanidad que Ella, entregándonos a su Hijo?” y les alentó a “seguir a María, escuchar y ver lo que Dios ha hecho y hace en Ella y por Ella”.
Después de subrayar que “no hay que tener ningún miedo a dejar que Dios actúe en nuestra vida”, el purpurado invitó a los jóvenes a “hablar con María, identificaos con Ella, que aliente el remar mar adentro hacia la santidad”.
Además, el titular de la archidiócesis de Valencia aseguró a los jóvenes que “la fidelidad a Cristo cambia totalmente la existencia personal y colectiva y modela un futuro de paz”, e imploró la protección de la Virgen para “este mundo tan necesitado del amor de Dios”.
La vigilia de este año incluyó diversos momentos de oración en los que los jóvenes contemplaron distintos pasajes de la vida de la Virgen María.