Los inmigrantes africanos acogidos portaron a Cruz de Lampedusa a su llegada al CIDES. (FOTO: JAVIER PEIRÓ)
La Cruz de Lampedusa, cruz elaborada con restos de madera de pateras naugragadas, ha llegado este fin de semna a la Ciudad de la Esperanza (CIDES), que atiende a personas sin hogar en sus instalaciones de la localidad valenciana de Aldaia, muchos de ellos extranjeros.
La Cruz, que está recorriendo desde hace un mes la diócesis de Valencia, fue bendecida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y llevada en procesión por un grupo de inmigrantes africanos hasta la capilla, donde el Arzobispo dirigió una oración. Seguidamente, compartió con los residentes una comida de fraternidad.
Para el director presidente de CIDES, el sacerdote Vicente Aparicio, «es un gran honor tener con nosotros este símbolo de los inmigrantes, en CIDES, donde la gran mayoría de inmigrantes acogidos han venido desde sus países de origen en pateras”.
Precisamente, desde CIDES se está elaborando un manifiesto del inmigrante, con una serie de normas a favor de su dignidad y acogida, “para que este trabajo continúe y pueda impulsarse todavía más, dado que también existe una dura realidad con aquellos jóvenes, residentes en centros de menores, que cumplen su mayoría de edad, y no tienen luego a dónde dirigirse”, ha expresado Vicente Aparicio.
QUINTO ANIVERSARIO
En la celebración del fin de semana, CIDES conmemoró también su quinto aniversario y fue ocasión de hacer balance de la labor desarrollada en este tiempo. En estos cinco años, la Ciudad de la Esperanza ha acogido y atendido a más de 500 inmigrantes sin recursos a través de diferentes ayudas. En este tiempo, “hemos avanzado en el respeto, en la lucha por su dignidad, para que tengan una vida digna, y facilitarles su acceso a la formación o a un trabajo”, ha añadido.
Actualmente, en CIDES residen 128 personas, inmigrantes sin recursos en su mayoría, pero tiene capacidad para 180, “plazas que se cubren en su totalidad sobre todo en los meses de frío”.
La entidad reparte cerca de 20.000 servicios de comida al mes “y adapta los menús a cada cultura- por ejemplo ofrece menú “halal” para musulmanes-, y también a situaciones de salud, como diabetes o colesterol”. Asimismo, dispone de 8 bungalows -uno de ellos destinado a enfermería- con cuatro apartamentos cada uno, y dentro de cada apartamento, tres habitaciones dobles.
Asimismo, la entidad desarrolla “todo tipo de actividades y talleres con los usuarios, como habilidades sociales, clases de español, informática y deportes, entre otros”.
La Ciudad de la Esperanza cuenta con una superficie de 110.000 metros cuadrados, comedor, cocina, cafetería, salón de actos con un aforo de 350 plazas, aulas, salas de terapia, biblioteca, consultorio médico, policlínica, capilla, gimnasio y zonas deportivas, entre otras.
CIDES es una asociación benéfico-social sin ánimo de lucro de la Iglesia en Valencia, declarada de utilidad pública, que cuenta con la colaboración de Cáritas Diocesana de Valencia y el Arzobispado.
La Cruz en Cáritas Diocesana
La Cruz de Lampedusa, elaborada con madera de pateras naufragadas y bendecida por el papa Francisco, en su periplo por la diócesis de Valencia, ha sido acogida también en la sede de Cáritas Diocesana de Valencia. El acto ha consistido en una oración, con peticiones, cantos y lecturas, en la que ha tomado parte el director de la entidad, Nacho Grande, los delegados episcopales, voluntarios y participantes de los programas de la institución. La Cruz llegó a Valencia hace un mes, organizada por la parroquia San José Artesano, que este año celebra su 50 aniversario, la Asociación Valenciana de Solidaridad con África (AVSA) y el Secretariado Diocesano de Migraciones. Su estancia en la diócesis ha sido ampliada durante los meses de verano y visitará más parroquias y entidades vinculadas a la Iglesia en Valencia. “La estancia de la Cruz en Valencia ha coincidido con el mensaje del Papa Francisco, con motivo de la próxima celebración de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el 29 de septiembre de este año”, ha señalado el sacerdote Jesús Belda.
Y en la Universidad Católica de Valencia
La eucaristía se celebró en el Claustro del Campus de San Carlos.
La Cruz de Lampedusa, construida con madera procedente de pateras que han utilizado refugiados e inmigrantes y bendecida por el papa Francisco, visitó recientemente la UCV, en la que se celebró una eucaristía con la presencia de la misma en el Campus de San Carlos.
La UCV quiso acoger en su seno la cruz itinerante de Lampedusa para “concienciar” a la comunidad universitaria “del drama de los inmigrantes que llegan en patera a las costas españolas pidiendo trabajo, asilo, vivir un poco mejor arriesgándose por el camino en el mar”, explicó el capellán mayor de la Universidad, Vicente Ferrer.
“Esta cruz representa la petición del Papa de acoger a todo aquel que siente necesidad. Espero que estudiantes y profesores podamos recordar gracias a esta eucaristía que hay muchas personas que no tienen lo que nosotros tenemos”, indicó Ferrer.
El párroco de la Parroquia José Artesano, Jesús Belda -una de las entidades organizadoras de la visita a Valencia de la cruz, junto a la Asociación Valenciana de Solidaridad con África y el Secretariado Diocesano de Migraciones- participó también en la eucaristía de la UCV, y remarcó que la cruz de Lampedusa es un signo de “fraternidad, solidaridad y fe”.