REDACCIÓN | 16-11-2018
El cardenal arzobispo Antonio Cañizares, gran canciller de UCV, presidió recientemente la presentación del libro Regulación de la fertilidad humana a la luz de la Carta Encíclica Humanae vitae (Sekotia Editorial, 2018), donde remarcó que el documento eclesial de san Pablo VI “no es simplemente personalista o moralista, sino que es una encíclica social: afecta a la sociedad y denuncia con fundamento lo que algunos quieren denunciar sin fundamento: la persona y el bien común, la verdad, está por encima de cualquier otra concepción de la persona”.
Igualmente, el cardenal Cañizares aseguró que “en el fondo de la Laudato Si de Francisco está la Humanae vitae, que es la ecología integral”, así como ha reiterado la “defensa y elogio de la mujer” que encierra el documento. Por ello, invitó a releerla “más aún con todo lo que está en juego en esta sociedad, sobre todo en la europea”.
“Cuánto bien ha hecho esta encíclica, cuántos bienes ha aportado a la Iglesia, al conjunto de los creyentes, al mundo entero en estos 50 años de su existencia: el mundo hubiese sido otro si no hubiese sido por la ella”, subrayó.
Así, el gran canciller de UCV afirmó que la Humanae vitae fue un texto “verdaderamente profético” y “como todo lo profético, se atrevió a ir contracorriente. Eso ni se lo perdonaron ni se lo perdonan muchos aún a san Pablo V. Lo ‘apedrearon’, como a los profetas”.
De igual modo, el gran canciller de la UCV señaló que las bodas de oro de esta encíclica se cumplen “en pleno desarrollo e invasión de una secularización rampante, el olvido de Dios, y de la concepción de hombre y sus obras al margen de Dios, como si no existiese: es la época de la proclamación ‘nietzscheana’ de la muerte de Dios”.
Moral de la pareja
En el acto de presentación del libro intervino también Justo Aznar, director del Observatorio de Bioética de la UCV y coordinador de la obra, quien expuso algunas claves del libro.
Así, señaló que la píldora contraceptiva “constituyó una de las más importantes revoluciones sociales del pasado siglo”. “Hay muchos problemas que pueden afectar a la moral del individuo y especialmente de la pareja, como el aborto, la eutanasia, la procreación asistida o la ideología de género; pero la mayoría de ellas, de forma indirecta. Sin embargo, todo lo relativo a la regulación de la fertilidad humana, afecta muy directamente a la gran mayoría de las personas que viven en pareja. Parece inevitable que la utilización o no de medios contraceptivos sea un problema que pasa directamente por la plaza mayor de sus conciencias, y que por tanto, de alguna forma, incida en las decisiones más trascendentes a tomar en relación con sus convicciones morales”, añadió.
Del mismo modo, Aznar apeló a saber si los métodos anticonceptivos “actúan por un mecanismo abortivo o no, pues ello incide directamente en la valoración moral de su uso, ya que no es lo mismo impedir un embarazo dificultando la concepción de un nuevo ser, que impedirlo eliminando un ser humano que ya ha iniciado su andadura vital”.
Igualmente, Aznar se refirió a las consecuencias sociales que acompañan al uso de la contracepción y apeló frente a “la inconsistencia e intencionalidad” de argumentos sobre la posible superpoblación del planeta.
“Del sexo sin hijos, que se formuló con la aparición de la contracepción en el 68, hemos pasado a hijos sin sexualidad, mediante la creciente aparición de las técnicas de reproducción asistida”, ha expuesto.