REDACCIÓN | 12-07-2017
Un total de ocho colegios diocesanos abren desde esta semana sus puertas para atender y alimentar en verano a cerca de un millar de alumnos de familias sin recursos. La iniciativa ha surgido, como ya informó PARAULA, del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien ha promovido este proyecto, en el que participan Caritas Diocesana, la Universidad Católica de Valencia y la Fundación Colegios Diocesanos ‘San Vicente Mártir’.
La idea fue propuesta el pasado noviembre por el Cardenal como uno de los “signos permanentes” del Año Jubilar del Santo Cáliz de la Misericordia cuando en la misa de clausura del jubileo, animó a los colegios diocesanos a que “abrieran sus puertas en los períodos vacacionales para, además de atender pedagógicamente, dar alimento a niños en edad escolar”.
Así, con el lema ‘#unveranodiferente’, ocho colegios diocesanos abren sus puertas hasta el 11 de agosto para atender a los alumnos que lo han demandado, llegando a un centenar de alumnos por centro, de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, según han indicado fuentes del equipo responsable de llevar a cabo la gestión del proyecto.
“Queremos dar una respuesta completa e integral a los niños y jóvenes que tienen dificultades económicas y por eso abarcamos todo el ciclo educativo”, aseguran desde la organización.
No solo en Valencia
Los ocho colegios que participan en la iniciativa han sido elegidos en zonas vulnerables donde hay un mayor riesgo de exclusión social entre su alumnado.
Son los colegios Sant Roc de Alcoi; San Antonio de Padua II, de Catarroja; Santa María, de Ontinyent; Natividad de Nuestra Señora, de Burjassot y Santiago Apóstol (Cabanyal), San Juan Bosco, San Marcelino y Nuestra Señora de los Desamparados, todos de Valencia.
El horario de apertura de los centros escolares es de 10 a 15 horas y, además de ofrecer el almuerzo y la comida a estos alumnos, llevan a cabo actividades complementarias para educar en hábitos saludables y momentos de ocio y deporte.
Diversión, juego y diálogo
Para realizar las diferentes acciones que se lleven a cabo, la UCV, junto a la Fundación de Colegios Diocesanos, han sido los encargados de realizar un banco de recursos y actividades para los niños.
Se realizan actividades, desde una perspectiva lúdica, de diversión y de juego, para acercarse al otro, conocer distintas realidades, fomentar el diálogo, el compañerismo y la amistad. Los alumnos también son los encargados de la limpieza de las instalaciones comunes en los colegios “porque queremos trabajar también estos hábitos que se aprenden en los hogares”, explican.
La UCV ha formado y organizado a los voluntarios. Son necesarios entre 8 y 10 voluntarios por colegio cada semana.
Por su parte, Cáritas es la encargada de canalizar a los niños que puedan beneficiarse de la iniciativa, ya que los destinatarios son menores perceptores de la beca de comedor tipo A, o niños cuyas familias, por su situación social, económica o familiar, se encuentran en especial vulnerabilidad.
Para ello, las Cáritas parroquiales han elaborado un listado con niños atendidos en sus proyectos y que sean susceptibles de percibir esta ayuda, sean o no alumnos de los centros diocesanos.