Celebración de la Purísima en Ontinyent. Foto: Víctor Gutiérrez
REDACCIÓN | 14-12-2016
La diócesis de Valencia conmemoró el pasado 8 de diciembre la fiesta de la Inmaculada Concepción con misas en todas las parroquias, volteos generales de campanas y numerosas procesiones en diferentes localidades, que en algunos lugares, tuvieron que acortarse o incluso aplazarse por la lluvia.
La catedral de Valencia acogió la Misa Estacional que en esta ocasión presidió el obispo auxiliar de Valencia monseñor Esteban Escudero, y en la que impartió la bendición papal con indulgencia plenaria, como es tradición. Fue concelebrada por el Cabildo catedralicio y los rectores de los Seminarios Mayor y Menor de Valencia junto con varios sacerdotes de la Universidad Católica de Valencia ‘San Vicente Mártir’.
Asimismo, durante la celebración de la misa, en la que intervino la Coral catedralicia, participaron también seminaristas de la diócesis valentina que ayudaron en la liturgia.
Igualmente, con motivo de la Inmaculada, una vez finalizado el canto de vísperas, presidido por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, salió en procesión claustral por el interior de la Catedral, la imagen de plata del siglo XIV de la Virgen María con el Niño Jesús.
 
La Purísima de Ontinyent
El cardenal arzobispo de Valencia presidió en Ontinyent, la solemne misa pontifical de las fiestas en honor a su patrona canónica, la Purísima Concepción.
La misa mayor tuvo lugar en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y posteriormente hubo volteo general de las campanas de esta histórica villa, la primera localidad valenciana que tuvo la Inmaculada como patrona, en el siglo XVIII.
Al comienzo de la eucaristía se desarrolló el tradicional canto del pregón por parte de ‘els Angelets de la Purísima’ y durante la celebración se interpretó la misa barroca con orquesta compuesta en el siglo XVIII por el sacerdote natural de Ontinyent, mosén Onofre Penalba, que fue maestro de capilla de la Catedral de Segorbe.
La procesión vespertina, suspendida por la lluvia, se trasladó al domingo, el mismo día en que tuvo lugar la tradicional ‘doblà’ a la Virgen, una misa solemne en la que participan los festeros del Cristo de la Agonía. Previamente a la procesión fue bajada desde el camarín su imagen, labrada en plata hace ahora 75 años, en 1941, y que sustituyó a la original, robada en 1936. El recorrido procesional estuvo acompañado con bailes procesionales y danzas.
Igualmente, en estas fiestas las Camareras de la Virgen celebran sus 50 promociones. Además, la iglesia de Santa María acogió el tradicional acto del ‘Aguinaldo de la Purísima’ en el que cantaron los ‘Angelets’, seguido por una misa.
De la devoción a la Purísima en Ontinyent da idea que en 1662, casi 200 años antes de la definición del dogma, Ontinyent le dedicaba sus fiestas solemnes a la Inmaculada Concepción.