REDACCIÓN | 31-10-2019
Momento de la entrega de las réplicas. (FOTO: A.SÁIZ)
La más preciada reliquia de Valencia, el Santo Cáliz que según la tradición y una cada vez más arraigada base histórica, utilizó Jesucristo en la última cena volvió a recibir el homenaje de Valencia en la celebración de su fiesta, el jueves 24 de octubre. Sólo unos días después del fallecimiento de su canónigo celador, Juan Miguel Díaz Rodelas, por quien se rezó en la oración de los fieles, y que el año pasado había sido el portador del Cáliz en la procesión de entrada. Este año volvió a llevarla el canónigo Jaime Sancho, que fue el responsable de su custodia en los años anteriores.
La misa tenía lugar en medio de los convulsos momentos que se vivían en Cataluña, en plena ola de violencia independentista, pero también con las tensiones políticas producidas por el traslado de los restos de Franco desde el Valle de los Caídos. Aunque sin mencionar ambas situaciones, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, enfatizó de forma muy nítida al término de su homilía que “necesitamos vivir lo que el Santo Cáliz significa, para que haya paz, perdón, misericordia y reconciliación, precisamente hoy”.
En la homilía pronunciada antes del reparto de las réplicas de la reliquias a las cinco parroquias e iglesias que las recibían (Natividad de Nuestra Señora, de Sagunto; Nuestra Señora del Pilar, de Catarroja; Basílica San Vicente Ferrer, de Valencia; la iglesia Santo Domingo, Valencia y la parroquia San Alberto Magno, de Valencia) el Arzobispo les pidió que “siempre que veáis el Santo Cáliz, siempre que celebréis con él, recordad la última cena, recordad que es el memorial de la sangre derramada por Cristo en la Cruz para la reconciliación, la unidad, el perdón y la paz, como hoy, precisamente hoy, necesitamos vivir”.
Igualmente, durante la eucaristía, que concelebraron los obispos auxiliares de Valencia Mons. Esteban Escudero y Javier Salinas junto al Cabildo Metropolitano y decenas de sacerdotes, el Arzobispo afirmó que “para nosotros es una alegría y una responsabilidad al mismo tiempo estar vinculados al misterio eucarístico y, en Valencia, de manera muy especial, por esta reliquia del Santo Cáliz, el Cáliz de la Cena”. De hecho, en la plegaria de los fieles se pidió expresamente para que cada una de las parroquias e iglesias que recibían la reliquia «fomenten la devoción y el conocimiento hacia este bendito recuerdo de la última cena».
Y, finalmente, tras la eucaristía, el Santo Cáliz volvió de nuevo en procesión, a su capilla de la Catedral.
La cofradía del Santo Cáliz, a la que pertenecen cerca de 3.000 cofrades, fue creada con el fin de promover y fomentar el culto al Santo Grial que, según la tradición, empleó Jesucristo en la Última Cena, y que se venera en la catedral de Valencia desde el siglo XV.