P.MELGAR | 11-10-2019
Los jóvenes pudieron escuchar el testimonio de algunos de los jóvenes que este verano participaron en experiencias misioneras. (FOTO: A.SÁIZ)
“No hay misión si no arde el corazón”. Con estas palabras, animaba monseñor Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia, al gran número de jóvenes que el pasado viernes 4 de octubre se congregaron en la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia como inicio de las vigilias mensuales de oración con jóvenes en la diócesis.
En sus palabras, se centró en la misión y en la labor de los misioneros, secundando los deseos del Santo Padre que ha proclamado este mes de octubre ‘Mes Misionero Extraordinario (MME)’ .“Con él, el Santo Padre quiere despertar la conciencia de la misión ad gentes y retomar con nuevo impulso la responsabilidad de proclamar el Evangelio de todos los bautizados”.
En su meditación, don Arturo destacó el trabajo y la entrega de los misioneros, pero puso el acento en el cultivo de la vida de oración declarando así mismo que “la misión se sostiene por la oración de la Iglesia, a través de la súplica y la acción de gracias”. Con sus palabras invitó a los jóvenes a descubrir cada uno su vocación misionera: “Tu eres misión en esta tierra y para eso estás en el mundo”.
Un numeroso grupo de misioneras y jóvenes pertenecientes a la Fraternidad Misionera Verbum Dei animaron con sus cantos los distintos momentos de la vigilia: adoración del Santísimo, peticiones y lecturas.
También intervinieron jóvenes del movimiento diocesano Juniors y estuvieron presentes seminaristas del Seminario Mayor de Moncada.
Este primer encuentro contó con la colaboración de la Delegación de Misiones y con la de Infancia y Juventud.
Desde Cuba
Los jóvenes que este verano han ayudado a los misioneros valencianos en países como Perú, Mozambique, República Dominicana, Honduras, Ecuador o Cuba fueron invitados “a participar en esta vigilia y aportar su testimonio de fe”.
De entre estos últimos Julio, uno de los seminaristas que el pasado verano participó en la diócesis de Santa Clara en Cuba, compartió su experiencia destacando que se llevó un fuerte impacto porque: “lo que no se ve en las redes es la gran miseria” que ha palpado este verano, acudiendo a este país caribeño para “ir a vivir como ellos y con ellos”.
Pudo comprobar que aún hay muchas personas que “desconocen qué es la Iglesia católica y quién es Jesucristo”. Compartió su satisfacción al “ver llorar a una anciana ante una imagen de la Virgen de la Caridad del cobre y de una estampa de Jesús crucificado” por todo ello “hoy en día vale la pena creer en Jesucristo y anunciarlo con alegría”.
Como se viene haciendo, en esta primera jornada, se recordó también a los jóvenes las iniciativas diocesanas en las que pueden participar, como ‘Jóvenes que dejan huella’ en la que cada jueves, en la iglesia de San Lorenzo, se ofrece acompañamiento espiritual, espacios de oración, confesiones, adoración al Santísimo y la celebración de la eucaristía. También se recordó la ‘Misa para universitarios’, ‘Luces en la ciudad’, o la celebración de los ‘Nightfever’ como espacios de “oración, canto y diálogo”.
Además, se ofreció la posibilidad de acudir a las oraciones itinerantes de Taizé que se realizan en las diferentes parroquias de la diócesis, así como el encuentro europeo al estilo Taizé que este año se celebrará en Breslavia del 28 de diciembre al 1 de enero.
Con el rezo del Avemaría y un canto a Nuestra Madre la Virgen de los Desamparados se dio por finalizada esta vigilia con marcado acento eminentemente misionero.