Eduardo Martínez | 28-06-2019
Es, sin duda, una de las peregrinaciones de mayor resonancia de la cristiandad. Lourdes: donde la Virgen se apareció en 1858 a Bernadette Soubirous. Las gracias que entonces se derramaron sobre aquella jovencísima pastorcita parecen no cesar más de un siglo y medio después, en forma de salud para el cuerpo y para el alma de muchos de los que acuden al santuario francés.
En PARAULA, esta semana, en la que la Hospitalidad Valenciana de Lourdes celebra su peregrinación anual al santuario mariano con más de mil participantes, hemos recabado el testimonio de varios de ellos. Tanto Concha, como el matrimonio de Luis y Mercedes, confirman que Lourdes es un lugar especial por la paz que allí se encuentra y por la esperanza que confiere en medio de uno de los grandes desafíos que debe atravesar toda vida humana. Su testimonio es un ejemplo de fe y fortaleza ante la enfermedad.

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