B.N. 2-11-2016
La foto muestra el momento de la apertura de la Puerta Santa en diciembre del pasado año. En aquel instante, centenares de personas agolpadas en la entrada a la Catedral, en el exterior de la puerta de los Hierros, prorrumpieron en una ovación cuando el Cardenal empujó las puertas y se abrieron.
Con la fiesta anual del Santo Cáliz de la Última Cena, venerado en la Catedral de Valencia, que se llevará a cabo este año el próximo 13 de noviembre, se clausurará el Año del Santo Cáliz, celebrado en la archidiócesis de Valencia conjuntamente con el Año Jubilar de la Misericordia, convocado por el papa Francisco.
La fiesta del Santo Cáliz, que tradicionalmente se celebra el último jueves del mes de octubre, incluirá una misa solemne, como clausura del Año Jubilar, a las 18:30 horas, presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que será concelebrada por el Cabildo Metropolitano y todos los sacerdotes que lo deseen.
Asimismo, durante la Eucaristía serán bendecidas y entregadas también las réplicas que son regaladas cada año a aquellas parroquias que han destacado bien por haber restaurado sus templos o por su labor pastoral.
Antes de concluir la misa se recordarán los templos jubilares del Año de la Misericordia, la Catedral y la Basílica de la Virgen en Valencia; las Colegiatas de la Asunción de Nuestra Señora, en Xàtiva y en Gandía; la Basílica de San Jaime Apóstol, de Algemesí; el Santuario de Nuestra Señora de la Encarnación, de Cullera; las parroquias de la Resurrección del Señor y San Nicolás de Valencia, el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de El Puig y el Santuario de la Virgen de Agres.
De esta manera el Año Jubilar de la Misericordia se cierra co­mo celebración en la diócesis “pero la puerta de la Misericordia no se cierra nunca”, explican fuentes arzobispales.
Cada cinco años
El 29 de octubre del pasado año, el cardenal Cañizares procedía a la apertura en la diócesis el Año Jubilar del Santo Cáliz de la Misericordia en la que impartía  la bendición papal con indulgencia plenaria y en la que destacaba que “aquél Cáliz, Dios ha querido que viniese hasta aquí, hasta nosotros para ser guardado con verdadero sentido religioso y para ser venerado como se merece”.
Además, anunciaba que este Año Santo Eucarístico se repetiría cada cinco años “para avivar en toda la comunidad diocesana el sentido del misterio de nuestra fe, la santa Eucaristía”.
Un año, cuya finalidad ha sido “adorar el misterio de la Santa Eucaristía, vivirlo, contemplarlo e interiorizarlo, para alabar al Señor presente en este Sacramento de nuestra fe y cumplir el mandamiento nuevo que se nos entrega: amaos como yo os he amado”, indicaba el Arzobispo.
Ya el 13 de diciembre, la Puerta Santa se abría de forma simbólica en la Catedral para comenzar la celebración del Año del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.  Durante su homilía, el Cardenal animaba a las más de tres mil personas que llenaban la Seo a “abrir de par en par y sin miedo nuestras puertas a Dios”, y a ser testigos de su misericordia y esperanza. De igual modo, exhortaba a los fieles a “ser sensibles a todo lo humano, con capacidad de escucha, cercanos a los hombres y a sus sufrimientos, sin esperar nada a cambio”.
A lo largo de estos más de 365 días se han sucedido distintas acciones programadas por la diócesis de Valencia entre las que se han incluido peregrinaciones por vicarías episcopales y parroquias hasta la capilla del Santo Cáliz,  junto con colegios y jubileos extraordinarios para las familias, los niños, profesores, mayores, catequistas, voluntarios, el de los jóvenes, además de un simposio organizado por la Facultad de Teología.