CARLOS ALBIACH 28-04-2016
Los alumnos peregrinaron por el antiguo cauce del río hasta la Catedral. A.SAIZ
“Este es un día histórico para nuestro colegio”. Con estas palabras el titular del colegio San José de Calasanz de Valencia, el sacerdote escolapio Javier Brines, definió el acontecimiento que estaba viviendo el centro educativo el pasado viernes 22 abril. Alrededor de 1.500 personas, entre alumnos, profesores, personal de administración y servicios y padres, peregrinaron a la Catedral con motivo del Jubileo en el Año del Cáliz de la Misericordia.
A las 10 de la mañana y con el cielo encapotado, que incluso dejaba caer alguna gota, todos los alumnos del colegio desde Primaria hasta Bachillerato fueron saliendo del centro, situado en la calle Micer Mascó, y ponían rumbo a pie hacia la Catedral. Pocos minutos después bajaban al antiguo cauce del río Turia y entre viandantes y ‘runners’ dejaban una estampa para el recuerdo: un río de niños y jóvenes, todos ellos con una chapa del logo del Año de la Misericordia, y con carteles con el mismo emblema que los dividían por cursos. A la cabeza los más pequeños, los de primero de Primaria, y a la cola los más mayores, los de segundo de Bachillerato.
A buen ritmo llegaban a la Catedral, donde fueron pasando por cursos por la Puerta Santa, y sentándose en los bancos. Para este día habían estado preparándose a fondo durante el último mes con materiales facilitados por el Arzobispo de Valencia y habían recibido el sacramento de la reconciliación. Los niños lo tenían todo bien aprendido y muchos preguntaban donde estaba el Santo Cáliz. A esta pregunta les respondió Jaime Sancho, canónigo celador del Santo Cáliz, que les dio la bienvenida en nombre del arzobispo de Valencia. “Esta es la casa de la Iglesia en Valencia y estamos muy contentos de que hayáis venido”, les dijo. Sancho también aseguró que “para nosotros es un gran regalo tener el Santo Cáliz aquí”. Ya en la monición de entrada de la eucaristía se recordaba que lo se estaba viviendo ese día era muy especial: “Preparad vuestro corazón porque no sabemos los frutos que esto puede tener en nuestro colegio, en nuestras vidas y en nuestras familias”. En el altar dos imágenes de San José de Calasanz recordaban a su fundador.
Misericordia para aprender
En la homilía el titular del centro volvía a recordar la importancia de este día, ya que era la primera vez que el colegio peregrinaba a la Catedral en su larga historia. “Nuestra meta es vivir la misericordia de Dios”, aseguraba. “Gracias a Dios por la misericordia, ya que sin ella no se puede aprender y gracias por San José de Calasanz, ya que fue el primero entre nosotros en poner en práctica la misericordia para educar a los niños”, destacó el sacerdote.
Los jóvenes y niños del colegio, regido por los padres escolapios, participaron a través de los cantos y siguieron atentamente la eucaristía a través de las pantallas de la Seo. Tras la comunión el silencio se apoderó de la Catedral y el titular les invitó a rezar mientras repetía la oración “Gracias Jesús por la misericordia”. Uno de los momentos más especiales fue cuando al finalizar la misa todos cantaron a viva voz la canción de su fundador: “San José de Calasanz supiste dar tu vida por los demás”. Antes leyeron una frase del santo: “El día es obras de misericordia y la noche acción de gracias para la acción del día siguiente”.