REDACCIÓN / ACI5-06-14
El papa planta un olivo junto a Peres y Abbas.
 
Los presidentes de Israel, Shimon Peres, y de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, mantuvieron el pasado domingo un encuentro sin precedentes en el Vaticano junto al papa Francisco para rezar por la paz, repondiendo así a la invitación que les trasladó el propio Obispo de Roma en su reciente visita apostólica a Tierra Santa. Esta ha sido la primera reunión pública entre Peres y Abbas en más de un año.
El Papa recibió a los dos dirigentes frente a su residencia, Casa Santa Marta. Abbas y Peres llegaron juntos en un minibús. Al la cita acudió también el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, máximo responsable de la Iglesia Ortodoxa.
El encuentro despertó expectativas sobre un nuevo impulso al proceso de paz palestino-israelí. No obstante, “nadie es tan presuntuoso como para creer que la paz nacerá este lunes”, señaló uno de los sacerdotes encargados de los lugares de culto cristianos en Tierra Santa, el padre franciscano Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, quien participó en la organización del encuentro. “La intención de esta iniciativa es reabrir el camino que lleva un tiempo cerrado y reavivar el deseo, la posibilidad de que la gente sueñe”, añadió.
Plantan un olivo por la paz
Los cuatro líderes se reunieron en un lugar “neutral” de los jardines del Vaticano, en el que no hay ningún símbolo religioso. Allí caminaron los tres, con el Papa entre Peres y Abbas, por una senda hasta el lugar donde estaban preparadas las sillas. Allí esperaban varios músicos de cámara.
“Nos hemos reunido aquí israelíes, palestinos, judíos, cristianos y musulmanes, así que cada uno de nosotros puede expresar su deseo de paz para Tierra Santa y para todos los que allí viven”, comenzó la responsable de la ceremonia al principio del servicio religioso.
Los presidentes israelí y palestino quieren expresar “el deseo de sus respectivos pueblos de invocar a Dios las ansias comunes de paz”, agregó. Inmediatamente después, representantes de las tres religiones comenzaron las oraciones por la paz en italiano, hebreo, árabe e inglés. El rezo, al que el Papa invitó a sumarse en un llamamiento global, supone la primera vez en que se escuchan rezos judíos, cristianos y musulmanes en el Vaticano.
Tras la ceremonia, los cuatro líderes plantaron un olivo, “símbolo duradero del mútuo deseo de paz entre los pueblos israelí y palestino”, según señaló la Santa Sede.
Durante el encuentro, el Papa pidió a israelíes y palestinos “valor para decir sí al diálogo y no a la violencia”, así como para “derribar los muros de la enemistad y tomar el camino del diálogo”. Y añadió: “Para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra”.
Tanto Peres como Abbas coincidieron en que sus respectivos pueblos desean “ardientemente” la paz. “Una paz entre iguales”, dijo el presidente israelí. “Una paz para nosotros y para nuestros vecinos”, insistió el líder palestino.
El Santo Padre pronunció también una oración por la paz.

ORACIÓN POR LA PAZ Señor, Dios de paz, escucha nuestra súplica. Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas… Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: «¡Nunca más la guerra!»; «con la guerra, todo queda destruido». Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. Señor, Dios de Abraham y los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos, danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino. Haznos disponibles para escuchar el clamor de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros temores en confianza y nuestras tensiones en perdón. Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para tomar con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra. Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre «hermano», y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén.