AGENCIAS | 14-09-2017
El papa Francisco realizó del 6 al 10 de septiembre un viaje apostólico a Colombia, en el que hizo un llamamiento por la paz para superar el odio y la venganza “para caminar a la reconciliación”.
En el primer día en tierras colombianas en el encuentro con las autoridades civiles, entre ellas el presidente del país, Juan Manuel Santos, Francisco realizó un discurso en el que aseguró que “es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza”. En este sentido, añadió que “la soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años; no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más”.
Francisco en sus palabras apuntó que ha realizado este viaje para decir que “no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este camino hacia la reconciliación y la paz”.
El Papa alabó la biodiversidad de Colombia y expresó su aprecio por “los esfuerzos que se hacen, a lo largo de las últimas décadas, para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de reconciliación”. “En el último año ciertamente se ha avanzado de modo particular; los pasos dados hacen crecer la esperanza, en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos”, aseguró.
Asimismo, el Santo Padre exhortó a que este esfuerzo “nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses solo particulares y a corto plazo”. Francisco resaltó también que solo “con fe y esperanza, se pueden superar las numerosas dificultades del camino y construir un país que sea casa para todos los colombianos”.
Francisco recordó en sus discurso que el lema de del país, ‘Libertad y Orden’, “encierra toda una enseñanza”: “No es la ley del más fuerte, sino la fuerza de la ley, la que es aprobada por todos, quien rige la convivencia pacífica”. Como San Pedro Claver, añadió, “detenemos la mirada en los más débiles, en los que son explotados y maltratados, aquellos que no tienen voz porque se les ha privado de ella o no se les ha dado, o no se les reconoce”.
Tras resaltar que la Iglesia quiere aportar a construir una Colombia justa, Francisco recordó la importancia del “respeto sagrado a la vida humana, sobre todo la más débil e indefensa que es una piedra angular en la construcción de una sociedad libre de violencia”.
En ese mismo acto el Papa y el presidente Santos prendieron la “llama eterna” como símbolo de paz y reconciliación ante un nutrido grupo de niños a los que el papa abrazó y que en sus sudaderas llevaban palabras como paz, amor o esperanza. El presidente de Colombia se refirió al proceso de paz y dijo que “nos falta dar ese primer paso, el más importante de todos, el paso hacia la reconciliación. De nada sirve silenciar los fusiles si seguimos armados en nuestros corazones”.
Encuentro con jóvenes
El pontífice fue recibido en la Nunciatura Apostólica en Bogotá por un grupo de jóvenes en situación de vulnerabilidad social y de indigencia a quienes les pidió que “no se dejen robar la alegría y la esperanza”. “Hasta los más chicos pueden ser héroes y los más pobres. Vivieron engañados, se equivocan, se levantan, y son héroes y van adelante ¡Sigan adelante! ¡Sigan adelante así!”, les dijo.
Durante su viaje Francisco también presidió la misa de beatificación de dos mártires colombianos, mons. Jesús Jaramillo, obispo de Arauca, y el padre Pedro Ramírez, conocido como el Cura de Armero.
Ante medio millón de personas provenientes de una de las zonas más castigadas por el conflicto armado durante cinco décadas, destacó que estos dos nuevos beatos son la “expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor”.