B.N. | 26-02-2016
Representantes de las parroquias de San Valero, Jesús Maestro, San Martín de Porres y de Nuestra Señora de Monteolivete. A. POZA
Ya ha pasado más de un mes desde que Valencia se convirtió en la capital de los jóvenes europeos que viven la espiritualidad de Taizé. Fueron días en los que miles de jóvenes de más de 50 países distintos fueron ejemplo de lo que se vive en ese pequeño pueblo de la borgoña francesa a la que muchos valencianos peregrinan a lo largo del año. Pero además fue una oportunidad única para que los jóvenes de nuestra diócesis se “contagien” del espíritu ecuménico, la oración y la sencillez de su vida.
Tras días de descanso y de volver a la rutina, muchas parroquias valencianas, que durante el encuentro acogieron a los jóvenes,  han decidido que ese “espíritu” que supieron transmitir los hermanos de la comunidad ecuménica de Taizé no puede caer en saco roto. Las vivencias del encuentro han dejado su poso en las parroquias, los jóvenes y las familias acogedoras que no deben ser olvidados.
El Encuentro Europeo ha significado “abrir las puertas de nuestras casas y de nuestra Iglesia a un soplo de aire fresco. Ha sido un verdadero regalo. Ha sido, como dicen muchas de las personas implicadas en la preparación de la acogida en las parroquias, una auditoría interna para la Iglesia de Valencia”, explican desde Acogida Valencia “demostrándonos -continúan- cuáles son nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Hemos podido comprobar cuánto se recibe al abrir nuestras puertas para acoger al peregrino, y nos ha demostrado que la unión entre grupos de una parroquia o entre diferentes parroquias es un regalo, una riqueza que ahora debemos explorar y ensanchar”.
Y con esta voluntad de “encontrarnos, de conocernos y de trabajar y orar juntos,” desde el equipo Acogida Taizé Valencia y la Comisión de Infancia y Juventud, durante las últimas semanas se han estado reuniendo con todos los equipos de preparación local de las parroquias de acogida de cada arciprestazgo para ver cómo continuar, “cómo acercarnos a la parroquias más cercanas, cómo seguir compartiendo la oración con todas las personas que han compartido ya esta acogida”. De esta manera, se están organizando en cada arciprestazgo, oraciones que itinerarán de una parroquia a otra de manera periódica, de forma que estas oraciones, con un momento posterior de encuentro, “sean la manera de salir al encuentro de otras parroquias, de unir esfuerzos, de compartir proyectos, y también de permitir que los jóvenes de las diferentes parroquias se conozcan, compartan su fe, sus miedos, sus sueños”, indican fuentes de Acogida Valencia.
La propuesta ha tenido una gran acogida por parte de las parroquias y ya en este mes de febrero están empezando a prepararse las primeras oraciones itinerantes en cada uno de los arciprestazgos, “como signo de unión entre cristianos, como signo de querer continuar esa peregrinación de confianza en la que la comunidad de Taizé soñó con detenerse por unos meses en Valencia”.