B.N. | 3-08-2016
El grupo de jóvenes valencianos en Taizé.Para los 300 jóvenes valencianos inscritos en la peregrinación diocesana la conclusión de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud no supone un punto final en su viaje, sino más bien un punto y seguido.
De nuevo con el equipaje hecho, al cierre de esta edición estaba previsto que llegaran a Taizé para ‘recargar pilas’ en este pequeño pueblo de la borgoña francesa hasta el próximo 5 de agosto.
Se trata de algo más que una parada en la larga ruta de autobús de vuelta a Valencia. Es un regalo. Un regalo que le ofrece la diócesis de Valencia a los hermanos de la comunidad ecuménica por los días vividos en nuestra ciudad durante los últimos días del pasado año. El Encuentro Europeo de Jóvenes al estilo Taizé que acogió la diócesis valentina supuso un soplo de aire fresco para los jóvenes valencianos y una oportunidad de relacionarse con jóvenes de otras partes del mundo dispuesto a compartir experiencias de fe.
En Taizé, los jóvenes “vivirán unos días de oración y reflexión con los jóvenes que se encuentren allí”, asegura Óscar Benavent, presidente de la comisión diocesana para la Infancia y la Juventud.
Por su parte, en Taizé también esperan a los valencianos “con los brazos abiertos y con muchas ganas de volver a verlos”, aseguran a PARAULA desde la comunidad ecuménica. “Lo tenemos ya todo preparado para ellos”.
Y es que Taizé es mucho más que un encuentro puntual, al final del año, con jóvenes de distintas partes de Europa, con una misma fe pero distintas Iglesias. Taizé está abierto los 365 días del año, las 24 horas del día, y a lo largo de los doce meses se realizan encuentros. En nuestra diócesis es muy común peregrinar a Taizé en la época de Pascua y durante la época estival, todo ello organizado por Acogida Valencia. Quienes van a Taizé son recibidos por una comunidad de hombres comprometidos para toda su vida siguiendo a Cristo, en la vida común y en una gran sencillez de vida.