L.B. | 23-01-2014
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Con estas palabras empieza la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’ del papa Francisco, en la que este año se basa la Jornada Mundial por la Vida Consagrada que se celebra el próximo domingo 2 de febrero.
El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, oficiará un eucaristía en la Catedral de Valencia, en la que los consagrados renovarán sus compromisos religiosos y apostólicos.
Durante la misa se bendecirán las candelas, “que simbolizan la luz de Jesucristo, para conmemorar también la fiesta de la presentación del Señor en el templo, en la que se muestra cómo la vida consagrada quiere presentarse ante Jesucristo como la luz de la humanidad”, indica José María Ciller, vicario episcopal para la Vida Consagrada.
También el domingo 2, en la iglesia de la Compañía, detrás de la Lonja, habrá una misa organizada por CONFER para celebrar esta jornada. Será a las 18 horas.
Órdenes e institutos religiosos
La Jornada Mundial por la vida Consagrada tiene como objetivos “alabar y dar gracias a Dios por el don de la vida consagrada a la Iglesia y a la humanidad”, según se expone en la presentación del material elaborado para esta jornada por la Conferencia Episcopal Española, en colaboración con la Conferencia Española de Religiosos (CONFER). “En este día damos gracias a Dios por las órdenes e institutos religiosos dedicados a la contemplación o a las obras de apostolado, por las sociedades de vida apostólica, por los institutos seculares y por las nuevas formas de vida consagrada”, añaden.
Pero también es una ocasión para “promover su conocimiento e invitar a cuantos han dedicado totalmente su vida a la causa del Evangelio a celebrar las maravillas que el Señor realiza en sus vidas”, explica la Conferencia Episcopal en el material publicado.
La alegría del Evangelio
Este año, el lema ‘La alegría del Evangelio en la vida consagrada’ hace referencia a la alegría que viven las personas consagradas, desde la comunión fraterna y la misión evangelizadora (por el apostolado o por la contemplación) en la profunda unión y amistad con Jesucristo en su vida diaria.
La Jornada mundial por la vida consagrada se celebra en la Iglesia cada 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor en el templo, desde el año 1997 en que fue instaurada por el beato papa Juan Pablo II.