L.A. | 19.12.2019
Se trata de uno de los proyectos más ilusionantes para la diócesis de Valencia y quizás menos conocido. Pero finalmente ha visto la luz esta misma semana, incluso antes de lo previsto, que era para después de Navidades, y lo anunciamos ahora al cierre de edición en PARAULA.
“Hemos estado trabajando apasionadamente para responder a una realidad social dramática y dolorosa: la de los niños y adolescentes que no tienen hogar, que están en régimen de tutela”, nos indicaba el obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros, vicario de Acción Caritativa y Social
Y es que, tras un proceso muy largo e intenso, en colaboración con las instituciones autonómicas, la diócesis de Valencia cuenta ya con una residencia de menores, gestionada por Cáritas y autorizada para 30 plazas por la Generalitat.
La Consellería daba su autorización el pasado viernes. Estaba previsto que los niños y adolescentes llegaran este pasado martes a este su nuevo hogar, en un centro de Torrent, con los trabajadores ya contratados y con las instalaciones “en perfecto estado”.
La alegría por la consecución del proyecto es evidente: “Es un gozo inmenso responder a esta realidad urgente y emergente y también a la responsabilidad de lo que queremos que sea un casa modélica y referente en su acogida en Valencia y en toda España”, indica monseñor Ros.
Los niños acogidos vendrán derivados de la Consellería después de que la Fiscalía haya determinado que los padres no pueden asumir esa tutela.
“Nuestra ilusión y compromiso es que nuestra casa sea para estos niños y jóvenes un hogar de acogida y sonrisa”, concluye el obispo auxiliar de Valencia Arturo Ros.