El cardenal valenciano Ricard Maria Carles Gordó, arzobispo emérito de Barcelona, falleció la madrugada del pasado martes 17 a los 87 años de edad en el hospital de la Santa Cruz, de Tortosa (Tarragona), tras una larga enfermedad y después de que fuera hospitalizado el pasado mes de noviembre, con sintomatología neurológica. Tras una misa funeral en Barcelona, sus restos mortales fueron trasladados a Valencia donde se celebró una misa exequial que tuvo lugar en la Catedral de Valencia.
Durante la misa exequial que presidió en la Seo, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, destacó la “profunda unión a Jesucristo” del cardenal valenciano Ricard María Carles, quien “imitando a Jesucristo ha pasado por el mundo haciendo el bien”.
Según el cardenal Martínez Sistach, con el que concelebraron nueve obispos y un centenar de sacerdotes, Ricard María Carles hacía el bien “no solamente en esta querida archidiócesis de Valencia, en la de Tortosa y Barcelona sino también en el conjunto de las diócesis de España, y en la Iglesia universal como colaborador del Santo Padre”.
Durante su homilía, el cardenal arzobispo de Barcelona elogió la profunda devoción a la Mare de Déu dels Desamparats del cardenal Ricard María Carles, y también por la Virgen de la Merced y la de Monstserrat. Además, “vivía su ministerio presbiteral y episcopal profundamente unido a Jesucristo y los contenidos de las cartas paulinas alimentaban su espiritualidad y oración”.
Igualmente, invitó a que “la esperanza que mantuvo siempre se convierta ahora en realidad y que a nosotros nos motive constantemente en nuestro peregrinar por nuestro mundo” . Al final, “si queremos que nuestra vida sea fecunda hemos de morir a nosotros mismos para amar a Dios y a los hermanos”.
Por su parte, el arzobispo de Valencia, al término de la eucaristía, agradeció la presencia de todos los concelebrantes y calificó al cardenal Ricard María Carles como “valenciano y hombre de Dios” con una “pasión extrema” por la Iglesia, que “ha querido regresar a esta tierra que le vio nacer a la vida y la fe”. Igualmente, el prelado ha agradecido a todos los presentes su asistencia porque significa un “reconocimiento a la vida y a las obras de este hombre de Dios que pasó por la vida haciendo el bien”.
A la salida del féretro del templo, los participantes dedicaron una ovación al Cardenal fallecido.
Concelebrantes
La misa exequial por el eterno descanso del cardenal Ricard María Carles, en la Catedral de Valencia, fue concelebrada, además de por el arzobispo de Valencia, y por el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo; por los obispos de Alicante, Castellón, Mallorca, Ibiza, Lleida, y Tortosa monseñores Jesús Murgui, Casimiro López, Javier Salinas, Vicente Juan, Joan Piris, y Enrique Benavent, respectivamente; el obispo auxiliar de Barcelona, monseñor Sebastià Taltavull, así como por el obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol, monseñor José Gea, y por el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor José María Gil Tamayo.
También oncelebraron miembros del Cabildo de la Catedral de Barcelona, del Cabildo de la Catedral de Valencia y del Consejo Episcopal de la Archidiócesis de Valencia, entre otros sacerdotes.
Entre las autoridades participaron, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra; el presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino; la delegada del Gobierno de la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; concejales del Ayuntamiento de Valencia; el teniente general del cuartel general terrestre de Alta Disponibilidad, Rafael Coma; y el rector de la Universidad Católica de Valencia, José Alfredo Peris. También han participado miembros de distintas entidades, y órdenes, representantes de diferentes institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, y miembros del Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna, donde estuvo destinado el purpurado en sus primeros 14 años de ministerio sacerdotal, y familiares del Cardenal fallecido.
La solemne eucaristía en la Seo de Valencia comenzó pasadas las cinco de la tarde, tras llegar el féretro con los restos mortales del purpurado valenciano en un vehículo fúnebre procedente de Barcelona hasta el Palacio Arzobispal de Valencia.
La celebración se inició con la procesión de entrada del féretro por la puerta románica de la plaza de l`Almoina hasta el altar mayor. En la procesión participaron los cardenales, obispos y sacerdotes concelebrantes. Igualmente, la Coral Catedralicia intervino en la eucaristía interpretando el Requiem de Fauré y la asamblea de fieles que participó con cantos gregorianos.
Concluida la eucaristía, el féretro con los restos mortales del Cardenal fue llevado a hombros desde la Catedral, otra vez por la puerta románica, hasta la Basílica de la Virgen en la que entró por la puerta de bronce a los pies del templo, del que fueron retiradas todas las sillas al término de la misa de las 17.30 horas. A la salida del féretro de la Seo, los presentes despidieron los restos mortales del cardenal Carles con una intensa ovación.

Además, en la edición impresa de PARAULA: – Gran devoción a la Virgen: El entierro del cardenal Carles en la Basílica es el primero en el templo desde 1931 – Amante de la naturaleza: El purpurado tiene dedicado un refugio de montaña en el Parque dels Ports, en Tortosa – Su vida y testimonio vistos por: El cardenal Cañizares, Mons. Carlos Osoro y los obispos valencianos Enrique Benavent, Juan Piris y Vicente Juan