El Papa ha condenado enérgicamente los atentados terroristas de París del pasado 13 de noviembre, que han dejado 129 muertos y en torno a 350 heridos. Después de rezar el Ángelus el pasado domingo desde la ventana del estudio pontificio que da a la plaza de San Pedro, Francisco afirmó, en relación a los terroristas del autoproclamado Estado Islámico que perpretaron los ataques, que “utilizar el nombre de Dios para justificar este camino es una blasfemia”.
El Santo Padre, tras expresar su “profundo dolor”, dijo también que “tanta barbarie nos deja consternados y uno se pregunta cómo puede el corazón del hombre idear y realizar hechos así de horribles, que han trastornado no solo a Francia sino al mundo entero”.
“Al presidente de la República Francesa y a todos los ciudadanos -prosiguió- ofrezco la expresión de mi más profunda condolencia”.
“Estoy cerca en particular de los familiares de cuantos han perdido La vida y a los heridos. Ante tales actos intolerables, no se puede no condenar la incalificable afrenta a la dignidad humana”, dijo el Papa.
“¡Quiero reafirmar con vigor que el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad!, exclamó. “Les invito a ustedes a unirse a mi oración: confiemos a la misericordia de Dios las indefensas almas de esta tragedia”.
Después, el Pontífice y todos los fieles congregados en la plaza permanecieron unos segundos en silencio y a continuación rezaron el Ave María.
Además, el día anterior, el Papa, en una conversación telefónica transmitida por TV2000, manifestaba también su dolor por los ataques terroristas. “Estoy conmovido y adolorido. No entiendo estas cosas, son difíciles de entender”, dijo al comenzar a hablar muy emocionado.
“Respuesta decisiva”
“Por esto estoy conmovido, dolorido y rezo”. “Estoy muy cerca del pueblo francés, tan querido, estoy cerca a los familiares de las víctimas y rezo por todos ellos”, aseguró. No hay justificación “religiosa ni humana. Esto no es humano. Por eso estoy cercano a toda Francia, a la que amo”.
Preguntado sobre si esto forma parte de “una tercera guerra mundial a trozos” que él mismo ha denunciado en multitud de ocasiones, el Papa respondió: “Esto es un pedazo, no hay justificación para estas cosas”.
También envió un telegrama de condolencias a través del secretario de Estado del Vaticano, Cel cardenal Pietro Parolin, al arzobispo de París, el cardenal André Vingt-Trois. “Una vez más, el Santo Padre condena enérgicamente la violencia, que no puede resolver nada, y le pide a Dios que inspire a todos pensamientos de paz y de solidaridad, y extiende, sobre las familias que están en la prueba y sobre todos los franceses, la abundancia de sus bendiciones”.
A su vez, el arzobispo de París señaló el pasado día 14 en un comunicado que “frente a la violencia de los hombres podemos recibir la gracia de un corazón tranquilo y sin odio”.
Por su parte, el portavoz de la Santa Sede, el sacerdote jesuita Federico Lombardi, manifestó el mismo día en que se produjeron los atentados que “este es un ataque contra la paz de toda la humanidad que requiere una respuesta decisiva y solidaria de parte de todos nosotros para contrarrestar la difusión del odio homicida en todas sus formas”.