Redacción | 25-05-2017
Por medio de un telegrama firmado por el secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, en nombre del papa Francisco, el Santo Padre condenó el atentado terrorista que tuvo lugar en la noche del pasado lunes y ofreció oraciones por las víctimas y sus familias.
En el telegrama el Cardenal señala que el Pontífice se siente “profundamente entristecido por los heridos y la trágica pérdida de vidas causada por el brutal ataque en Manchester”.
Además, “expresa su sincera solidaridad con todos los afectados por este acto de violencia sin sentido. Elogia los generosos esfuerzos del personal de emergencia y de seguridad y ofrece su apoyo y oraciones por los heridos y por todos los que han fallecido”.
“Conscientes de forma particular de la existencia de niños y adolescentes entre los que han perdido la vida, y de la aflicción de sus familias, el papa Francisco las bendiciones del Dios de la paz por la sanación y el fortalecimiento de la nación”, concluye.
El atentado tuvo lugar en la entrada del recinto deportivo Manchester Arena, durante el concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande, y ocasionó la muerte a al menos 22 personas, mientras que otras 59 resultaron heridas.
Según informaron las autoridades británicas se trata de un atentado suicida que ha sido reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico mediante un mensaje publicado en la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo yihadista.
Por su parte, la Iglesia en Inglaterra y Gales, por medio de una carta de Mons. John Arnold, obispo de Salford, condenó el atentado. El prelado, a cuya diócesis pertenece la ciudad de Mánchester, afirma que los ciudadanos “y los miembros de la comunidad católica están unidos en su condena al ataque contra una multitud en el Manchester Arena. Es un ataque que no tiene justificación”.
“Agradezco a los servicios de emergencia por su rápida y eficaz respuesta que ha salvado vidas”, señaló. Además indicó que “nos unimos en la oración por todos aquellos que han fallecido o que han resultado heridos y por sus familias y por todos los afectados por esta tragedia”.
“Ahora, debemos comprometernos todos a trabajar juntos, por todos los medios, para ayudar a las víctimas y a sus familias, y para construir y fortalecer nuestra solidaria comunidad”, concluyó Mons. Arnold.
Diversas Conferencias Episcopales de Europa se han sumado a la condena de este crimen y han mostrado su solidaridad con las víctimas.