“Mataron a mis amigos, pero sé que todos están en el paraíso porque murieron rezando a Jesús”, aseguró uno de los jóvenes sobrevivientes de la masacre perpetrada por el grupo terrorista islámico Al Shabab, que en Jueves Santo asesinó a 142 estudiantes cristianos de la Universidad de Garissa (Kenia), cuando se celebraba la oración matutina organizada por La Unión Cristiana de ese centro.
Reuben Mwavita, un estudiante de 21 años, vio ante sus ojos la masacre perpetrada por los extremistas, que ingresaron disparando indiscriminadamente. Luego separaron a los estudiantes de acuerdo a su religión, dejando salir a los musulmanes y reteniendo a los cristianos. “Mis tres amigos se arrodillaron frente a los milicianos, rezándole a Jesús”, recordó Reuben. Pocos instantes después fueron asesinados con disparos de ametralladora.
El diario del episcopado italiano, ‘Avvenire’, difundió el testimonio de otro sobreviviente. “Estaba rezando con ellos (sus amigos) cuando escuchamos los disparos y dos jóvenes armados y con capuchas irrumpieron. Yo pude escapar porque estaba cerca a la puerta posterior. Escuché a mis amigos orar e invocar el nombre de Jesús. Otros gritaban”. “Mataron a mis amigos, pero sé que todos están en el paraíso porque murieron rezando a Dios”, afirmó.
Por su parte, Helen Titus, una joven cristiana, afirmó que los terroristas planificaron la operación porque sabían exactamente donde golpear y fueron directamente al aula usada por los cristianos para rezar la oración matutina. Para salvarse, Helen tuvo que cubrirse con la sangre de sus compañeros y fingir que estaba muerta. Recordó que en un momento los terroristas dijeron a los estudiantes escondidos que salieran, asegurándoles que no los matarían. “Muchos salieron y los extremistas comenzaron a dispararles. Del mismo modo, los terroristas dijeron que no asesinarían a las mujeres, pero también lo hicieron”, señaló.
Condena del Papa
A su vez, Cynthia Cheroitich, estudiante cristiana de 19 años que sobrevivió a la masacre, ha relatado que oyó advertir que solo liberarían a quienes sabían “leer como musulmán”.
Las autoridades informaron que Al Shabab asesinó a 148 personas –algunas decapitadas-, de los cuales 142 eran estudiantes, tres policías y tres soldados. A la vez fueron muertos cuatro terroristas.
El papa Francisco envió un telegrama al presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, el cardenal John Njue, para expresar su dolor y cercanía a las familias de las víctimas. El mensaje firmado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, indica que el Pontífice “encomienda las almas de los fallecidos a la infinita misericordia de Dios Todopoderoso, y ora para que todos los que los lloran sean reconfortados en su pérdida”.
Asimismo, “en unión con todos los hombres de buena voluntad de todo el mundo, Su Santidad condena este acto de brutalidad sin sentido y reza por un cambio de actitud en sus autores. Pide a todas las autoridades que redoblen sus esfuerzos para trabajar con todos los hombres y mujeres en Kenia para poner fin a la violencia y para acelerar el amanecer de una nueva era de fraternidad, de justicia y la paz”.
El Viernes Santo, en sus palabras al final del vía crucis en el Coliseo, el Pontífice lamentó que “nuestros hermanos son decapitados y crucificados ante nuestros ojos y nuestro silencio cómplice”. El sábado, durante la vigilia pascual, Francisco hizo una petición especial sobre este tema: “Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida”. Y en su mensaje de Pascua de Resurrección el pasado domingo, recordó y oró por los asesinados en Kenia y por “tantos hermanos nuestros perseguidos a causa del nombre de Jesús”. En la tradicional bendición ‘Urbi et orbi’ del Domingo de Resurrección participaron más de setenta mil peregrinos.