REDACCIÓN | 19-02-2016

El papa Francisco y el patriarca de Moscú Kiril mantuvieron el pasado día 12 un histórico encuentro en La Habana (Cuba). Es el primero que se produce entre las cabezas de la Iglesia católica y de la Iglesia ortodoxa rusa, que es la que más fieles aglutina dentro de la ortoxia, con un total de 150 millones.
Nada más aterrizar en la capital cubana, el Santo Padre fue recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, entre otras autoridades civiles y religiosas. Después de un breve encuentro entre el Pontífice y el mandatario en la sala presidencial del aeropuerto, comenzó la histórica reunión entre los máximos representantes de la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica, tras casi mil años de distanciamiento, desde el Cisma de Oriente, en 1054, en el que la Iglesia quedo dividida entre Roma y Constantinopla.
No obstante, hay que matizar, que sólo a partir de 1589 se puede hablar de “patriarcas de Moscú”, cuando se erigió un patriarcado independiente del de Cosntantinopla.
Antes de comenzar las conversaciones en el Salón de Protocolo de la Terminal 1, ambos líderes se abrazaron afectuosamente. Cuando se acercaban uno al otro, Francisco exclamó en medio de los flashes: “¡Finalmente!”.
Luego, el Papa realizó comentarios muy breves, diciéndole una y otra vez que “somos hermanos”. Y afirmó en tono rotundo: “Está claro que esta es la voluntad de Dios”. El primado ruso, que no paraba de sonreír y miraba con enorme cariño al Santo Padre, le respondió que “ahora las cosas son más fáciles”. Después, se sentaron a dialogar a ambos lados de un crucifijo, acompañados por el metropolita Hilarion y el cardenal Kurt Koch.
Una vez concluido el encuentro privado, la máxima autoridad ortodoxa rusa manifestó que “durante dos horas hemos sostenido una discusión abierta con pleno entendimiento de la responsabilidad de nuestras Iglesias y de nuestro pueblo creyente por el futuro del cristianismo y por el futuro de la civilización humana”.
“Los resultados de la conversación me permiten asegurar que actualmente las dos Iglesias pueden cooperar conjuntamente defendiendo a los cristianos en todo el mundo”, añadió.
Por su parte, Francisco dijo: “Hemos salido con una serie de iniciativas que creo que son viables y se podrán realizar” y finalizó su intervención improvisada reconociendo que “si sigue así, Cuba será la capital de la unidad”.
Al término de la reunión, Francisco prosiguió su viaje a bordo del avión papal hacia Ciudad de México, para su visita apostólica al país hasta el 17 de febrero.
Los dos líderes religiosos, además, firmaron una declaración conjunta. En ella, afirman del pasado: “lamentamos la pérdida de la unidad, consecuencia de la debilidad y la pecaminosidad humana”; y del presente: “sentimos muy fuertemente la necesidad de colaboración entre los católicos y los ortodoxos”. Y añaden: “En esta época turbadora se necesita el diálogo interreligioso. Las diferencias en comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de diversas religiones vivan en paz y armonía”.
Lea aquí la declaración conjunta