EVA ALCAYDE | 02.06.2020


Desde que se decretó el estado de alarma por la pandemia de la covid-19, la vida de los ciudadanos ha quedado paralizada a muchos niveles: laboral, social, escolar, de movilidad y también, la vida espiritual y religiosa. ¿Cómo se ha vivido este tiempo en la diócesis de Valencia? ¿Cómo se han adaptado las parroquias y las comunidades de fieles?


El Arzobispado de Valencia ha realizado un muestreo por vicarías para pulsar la forma en que se han organizado las parroquias y las actividades que se han podido llevar a cabo durante este tiempo de pandemia en las distintas zonas en las que está dividido el territorio de la diócesis. El estudio se ha centrado en tres aspectos fundamentales de la vida parroquial: el culto, el apostolado y la caridad.


Importancia de las redes
Si algo ha demostrado el confinamiento es que ha cambiado completamente la labor pastoral y la forma de relacionarse entre el párroco y sus feligreses.


Con los templos cerrados y sin actividad presencial, las redes sociales se han convertido en los grandes aliados del culto en las parroquias. Así, en todas ellas se han celebrado las misas y otros oficios litúrgicos (rosario, vía crucis, triduo pascual, horas santas, novenas, ángelus…) a puerta cerrada, pero los párrocos se las han ingeniado para retransmitirlo todo por redes sociales, especialmente Facebook y YouTube, aunque también con Zoom o Skype.


En algunos localidades también se han retransmitido por la televisión local o las radios parroquiales.


Pero sin duda, el gran canal de comunicación durante la pandemia para las parroquias de todas las vicarías de la diócesis ha sido ha sido whatsapp, a través de sus grupos y de sus listas de difusión.


Los sacerdotes han enviado todo tipo de materiales, recursos e informaciones, en textos, audios y vídeos: oraciones, reflexiones, comentarios del Evangelio del día, homilías, horarios de las retransmisiones de las misas en televisión, textos para celebrar la lectio divina en casa, consejos espirituales para vivir la Semana Santa, subsidios para confesarse en tiempo de pandemia, etc.


La utilización de los blogs de las parroquias y Zoom para los encuentros de fraternidad de grupos o movimientos también han sido constantes.
Junto a las nuevas tecnologías y redes sociales, curiosamente, también se ha recuperado el uso de las campanas de los templos. En muchos lugares se han tocado las campanas para avisar a los fieles de que los párrocos estaban celebrando la misa y rezando por ellos. También han sido habituales en muchas localidades el rezo del ángelus con volteo de campanas a las 12h. y, en otras, se han ofrecido tres toques a las 21h. por los difuntos.


Apostolado ‘online’
Respecto a las labores de apostolado, se ha seguido manteniendo el contacto telefónico, o vía whatsapp, con los enfermos, jóvenes, niños y distintos grupos parroquiales. También, por correo electrónico, los párrocos han ido enviando materiales de la Conferencia Episcopal, de Delegación de Liturgia, las cartas del Sr. Arzobispo, y hasta el semanario PARAULA que cada semana hemos seguido publicando en versión digital durante la pandemia.


Se han abierto como nuevas o se han actualizado páginas web de parroquias para canalizar las propuestas de diversos movimientos cristianos durante la cuarentena y las parroquias han abierto perfiles en otras redes sociales como Instagram.


Las catequesis han continuado impartiéndose a través de plataformas educativas como ‘classroom’, ‘Moodle’ o ‘micatequesis’ y se han realizado charlas de confirmación mediante ‘Google Meet’. Entre el material catequético que se ha distribuido, destacan los vídeos de Juan Manuel Cotelo.


Las hojas parroquiales han continuado realizándose, en formatos digitales y en algunas vicarías se ha empleado también para los contenidos el formato podcast, que luego se ha subido a las redes sociales y plataformas (ivoox, SoundCloud, spotify e itunes).


Cáritas, a pleno rendimiento
Las Cáritas parroquiales de las 8 vicarías han seguido atendiendo a las familias más necesitadas de sus poblaciones. Al principio del confinamiento se crearon grupos para la confección de mascarillas y batas sanitarias, lo más urgente en aquel momento. Pero después, los grupos se organizaron para recoger alimentos y repartir bolsas semanales de comida.
En algunas localidades las Cáritas parroquiales han habilitado números de teléfono para casos de urgencia y se ha colaborando con ayuntamientos, servicios sociales y protección civil.


Casi al mismo ritmo que ha ido disminuyendo la virulencia de la crisis sanitaria, ha ido aumentando la crisis social y las necesidades en las Cáritas, que han visto duplicado y triplicado el su número de atenciones en casi todas las vicarías. Además del reparto de comida, se han entregado tarjetas solidarias, vales para la compra y se han efectuado pagos de recibos de alquileres y suministros.