29-06-2016
El Cardenal y el nuevo obispo auxiliar, en la fiesta de san Honorato en Vinalesa. V.GUTIERREZ
Os anuncio y comunico a vosotros, inmediatísimos y queridos colaboradores míos en la Curia diocesana, y a toda la Diócesis, una buena noticia, un gran alegría: en su gran benignidad, el Santo Padre, el Papa Francisco, ha nombrado Obispo Auxiliar de Valencia al sacerdote de nuestro presbiterio D. Arturo Ros Murgadas, párroco de Requena y Vicario Episcopal de la Vicaría V, es decir de la zona Norte de la diócesis.
Mis primeras palabras deben de ser, y quieren serlo, de acción de gracias a Dios por habernos concedido a la diócesis de Valencia, y a mí en particular, un nuevo Obispo que nos ayude a llevar más adecuadamente el ministerio pastoral aquí, en esta querida diócesis de Valencia, que necesita, sin duda alguna, una mayor atención y presencia episcopal.
En segundo lugar, mi agradecimiento más amplio y lleno de afecto al San Padre, el Papa Francisco, que, en la persona de D. Arturo, me ha concedido la inestimable ayuda que necesitaba, y en cuya petición directa tanto he insistido, sobre todo los últimos meses. En la antevíspera de la tiesta de San Pedro y San Pablo, renuevo públicamente mi adhesión más sincera y mi comunión más plena hacia su persona, con la que me siento tan unido desde el momento mismo de su elección y aun antes de ser elegido. Le aseguro la continuidad perseverante en mi oración personal y la de toda la diócesis por él y por su ministerio de confirmar a toda la Iglesia en la fe, la esperanza y la caridad y de ser vínculo de unidad entre todos. Nuestra súplica a Dios por el Santo Padre y sus intenciones, al que tanto queremos en Valencia y al que de todo corazón deseamos seguir en su obra evangelizadora de anunciar el Evangelio de la alegría y del amor, singularmente a los pobres en lo que tanto nos estimula con su ejemplo y testimonio incansable, y a las familias.
Y junto con mi felicitación y mi agradecimiento a mi querido D. Arturo por haber aceptado, quiero expresarle mi profunda unidad y comunión con él, mi cercanía más total, y mi expresión más cordial de la fraternidad que somos. ¡Felicidades! y muchas gracias, querido Arturo, por tu fe, tu generosidad y tu sentido de Iglesia. Como te dije el martes pasado al saber la noticia: «tan Obispo vas a ser tú, como lo somos ya D. Esteban y un servidor; a los tres se nos encomienda servir a la diócesis de Valencia como sucesores de los Apóstoles en este ministerio pastoral; y entre los tres, como Obispos, muy unidos, hemos de llevar adelante esta queridísima diócesis por los caminos que quiere el Señor, que no son otros que los de la santidad. Bastante sabéis, y tenéis de esto en tu familia, en tus raíces: tu abuelo el mártir, Beato Arturo Ros Montalt, o tu tío sacerdotes, D. Honorato Ros, que tan grandes huellas dejó por donde pasó de ejemplaridad sacerdotal.
En nuestra diócesis, y aprovecho este momento para decirlo a todos, querido Arturo, te vas a ocupar del apostolado de los laicos y de la pastoral de la caridad, en la que, gracias a Dios, tienen parte tan activa, los laicos: Laicado, Familia y Vida, Caridad, y Juventud serán las áreas a las que dediques tu máxima atención como Obispo: son áreas que te son muy familiares y cercanas en tu trayectoria sacerdotal. Lo mismo que a D. Esteban se le asignó la Vicaría General para la evangelización de la cultura, a ti se te asigna desde ahora la Vicaría General para el laicado, familia, vida, pastoral de la caridad y la evangelización de la juventud en toda su amplitud y riqueza.
Te ocuparás de coordinar y alentar en la diócesis lo mucho y muy importante que está llevándose a cabo en la diócesis en el campo social y en la atención a los preferidos de Dios que son los pobres y los que sufren, las periferias existenciales, y de dar vida a la formación de un laicado adulto, presente en la vida familiar, en los asuntos temporales, en la acción social, en la vida pública, en el amplio mundo de los jóvenes; te ocuparás también de la promoción de la participación de la mujer en la vida de la Iglesia; así como de promover la nueva evangelización personal y asociada de los laicos, de alentar y coordinar a todos los movimientos apostólicos existentes o que hubiere de crear: la Acción Católica, los Cursillos de Cristiandad, las Cofradías y Hermandades, nuevos movimientos y nuevas realidades eclesiales laicales en la Iglesia. Habrás de potenciar la nueva evangelización, para una renovación de la humanidad, de nuestra sociedad concreta, en la que les corresponde por vocación una responsabilidad y un protagonismo a los fieles cristianos laicos, el movimiento Junior y los demás movimientos educativos en tiempo libre, por llamarlos de alguna manera, por ejemplo los agrupados en cuanto es el escultismo en Valencia.
Para ello vas a contar con un instrumento valiosísimo en el que tantos esperanzas pongo, que es la Casa del Seglar. A ti te encomiendo esta Casa del Seglar como ámbito de encuentro, de promoción y coordinación de cuanto se refiere a la obra y presencia eclesial de los seglares.
Por último, permitidme medio minuto más y que os diga que espero otro nuevo Obispo Auxiliar, pienso y deseo que podría ser en breve, que se ocupará fundamentalmente al interior de la vida de la Iglesia de fortalecerla interiormente con una renovada pastoral de iniciación cristiana y una pastoral educativa empeñativa hacer cristianos y educarlos en la fe cristiana es la gran cuestión, el gran reto, del momento consiguientemente de la catequesis y la educación cristiana a todos los niveles, de la promoción y fortalecimiento de la celebración litúrgica, de la vida eucarística, de la vida de oración, es decir de la potenciación y coordinación de cuanto corresponda a estos sectores. Por supuesto que, a partir del próximo septiembre, ya con dos Auxiliares al menos, reanudaremos la Visita Pastoral, que es una de las cosas más necesarias y bellas en la vida diocesana y de los mejores servicios del cuidado pastoral de los Obispos.
De esta manera quedará enmarcado el cuadro de las prioridades pastorales de nuestra diócesis: primacía de la vida de caridad y atención a los pobres con la promoción de la pastoral de la caridad, evangelización de la cultura en toda su amplitud, promoción del laicado en la vida de la Iglesia, formación de los laicos para un presencia pública de ellos en el mundo, atención prioritaria a la pastoral familiar y al mundo de los jóvenes, fortalecimiento y renovación de una pastoral de la iniciación cristiana y de una vigorosa pastoral educativa, y de la vida litúrgica y de oración y adoración en la vida de los fieles y en la Iglesia diocesana. Todo esto irá acompañado por parte del conjunto de los Obispos de una atención prioritaria a los sacerdotes, que están en el núcleo de la Iglesia y que son los principales y más cercanos colaboradores de los Obispos, así como de la vida consagrada en la Iglesia, su gran tesoro.
Ahora sabéis todos vosotros y cuantos quieran enterarse cual fue el motivo verdadero y único de mi última entrevista, preparada con más de un mes de antelación, con el Santo Padre y a qué fui, por tanto, a Roma, hace aproximadamente un mes: a tratar precisamente de esto que hoy se hace público.
Que Dios te ayude, Arturo, y, como decía mi buena madre, que te dejes ayudar por Él y por la Santísima Virgen María, Mare de Déu dels Desamparats, a la que acabamos de invocar en la oración del Angelus . Te deseamos todos lo mejor, toda suerte de bendiciones de Dios, y cuenta con nuestro apoyo y afecto, y con la oración de toda la diócesis que siempre te acompañará.