BELÉN NAVA | 21-04-2017
Quico Catalán recibió a PARAULA en el Estadio Ciudad de Valencia. (Foto: Victor Gutiérrez)Casi ochocientos kilómetros separan Cádiz de Valencia. Los que recorrerá Quico Catalán la noche del próximo sábado 22 de abril para poder asistir a los actos que en honor de san Vicente Ferrer celebran en su altar de Russafa, “el de toda la vida”. Sus compromisos profesionales -el Levante U.D. juega en el estadio Ramón de Carranza a partir de las seis de la tarde en un lance que les puede aupar de nuevo a la primera categoría del fútbol profesional- no impedirán que se pierda ni un solo acto del centenario altar de Russafa.
Con una gran tradición vicentina arraigada en su familia, el presidente del Levante U.D. sonríe cuando asegura “si alguien quiere encontrar a Quico Catalán los días de san Vicente en algún sitio sólo tiene que ir a Ruzafa y ahí estará él con su familia”.
La devoción por san Vicente Ferrer arranca en el matrimonio formado por Pedro Catalán Hurtado y Concepción Aznar Mocholí. Pedro, el bisabuelo de Quico, fue persona notable en el ambiente cultural valenciano y así lo constatan sus numeroso cargos públicos que ostentó: concejal del Ayuntamiento de Valencia, cavaller jurat, miembro de la Cofradía del Santo Cáliz… Esto sentó una base profunda en sus hijos que, como él, se vincularon al altar de Russafa… a sus nietos, y a la hoy cuarta generación que todavía sigue. “Es una tradición familiar que año tras año se perpetúa”, asegura Quico.
Su padre, sus tíos, sus primos, sus hermanas y, hoy en día, sus hijos han formado parte del cuadro actoral de ‘els miracles’ que se representan en el altar. Una experiencia, tal y como explica a PARAULA que dota a los niños de una “oportunidad de conocer la vida de san Vicente, lo que hizo y lo que supone para esta tierra, así como sus milagros y las tradiciones valencianas. Cuando los niños por primera vez conocen la fiesta por dentro y se impregnan de ella y colaboran en la preparación, en los ensayos, en hablar en valenciano, en recitar en verso…y todo eso bajo el paraguas de la tradición. Ahí se empieza a dar a conocer una tradición autóctona, nuestra, valenciana, religiosa, de la figura de un señor que fue tan importante para nosotros, para el pueblo valenciano”. Porque “san Vicente -afirma- fue un hombre valiente, atrevido y avanzado a su tiempo. Con un talante conciliador, con una garra y un espíritu que hizo posible cosas que otros no pudieron. Es un santo que, para la historia de este país, ya supuso ser un referente por todo lo que hizo en un momento determinado”.
Caballero jurado de san Vicente Ferrer desde el año 2011, Quico destaca la vigencia del discurso vicentino frente a la unidad de España. “Yo creo que su papel fue fundamental en aquel momento y vivimos un momento en el que podríamos encontrarle algún paralelismo lógicamente. Ante situaciones como estas necesitas hombres de verdad y hombres que puedan afrontar los problemas de frente y de cara con sus habilidades con su don de gentes. Con su mensaje conciliador y por otro lado recto, sin dobleces. En alguna ocasión que he hablado de él siempre he dicho que él usaba el blanco y el negro, en su cabeza no entraba el gris. Es un hombre que en estos momentos podríamos llamarle, emprendedor, líder, referente”.
Mantenedor, hace poco más de un mes, de la clavariesa mayor, Mª Amparo Crespo Flor, del altar vicentino de la Playa, Quico Catalán reconoce que le gusta que se utilice en estos momentos “mi faceta profesional para transmitir aquellas cosas que de otra manera no se darían a conocer. Que a través de mí, por la repercusión que tiene el cargo que yo ostento en estos momentos me parece fenomenal y siempre estoy predispuesto a dar a conocer esta fiesta centenaria, preciosa y en donde se conjugan muchísimas cosas como la cultura, el conocimiento, la formación de los niños, la música, el arte valenciano. Es una fiesta religiosa en el amplio sentido de la palabra”, afirma.
Católico de los que no se esconden y dan la cara, Quico Catalán afirma que “hay que ser valiente en determinados momentos para defender con absoluto respeto aquello en lo que creemos. La sociedad tiene muchos problemas que hay que abordarlos, analizarlos en profundidad y afrontarlos pero desde el absoluto respeto. Un respeto entre todos. Si por algo se caracterizan los católicos es en respetar a los demás y hay que construir desde ese respeto”.
Ayuda de la Virgen
Reconoce que “casi todos los días paso por la capilla del estadio”, una capilla presidida por la imagen de la ‘Maredeueta’ y que está ubicada en el propio palco del estadio. “Yo creo que siempre hay que pedir ayuda. Pero no para ganar un partido sino para tener lucidez y saber afrontar los problemas o tomar decisiones. Pero también tienes que dar gracias. Pides y das. Somos unos privilegiados. No sé cuantos estadios o cuantos clubes tienen la posibilidad de tener una capilla, una Virgen de los Desamparados en el propio campo. Es un privilegio”, sentencia.
Transmitir valores
Nuestra conversación deriva hacia el mundo del fútbol y así reconoce que “entendemos que el fútbol es el divertimento de niños y niñas en nuestro país y, por tanto, tenemos que devolver a la sociedad lo que ella nos da. El futuro del Levante U.D. está en esos jóvenes a los que animamos, incentivamos y a los que muchas veces invitamos a que estén en este estadio. Lo hacemos porque creemos, porque queremos y porque realmente lo sentimos. Al final estamos haciendo un trabajo también por y para el Levante. Hemos entendido que este tiene que ser un nicho para transmitir los valores y la esencia del club” y no duda que “el futuro del Levante pasa por las nuevas generaciones”.
Al hilo de las palabras que el papa Francisco dedicó a los jugadores del Villarreal CF durante una audiencia en Roma en las que les decía que “en el fútbol, como en la vida, hay que ser agradecidos, y no por mera formalidad, sino para aprender a reconocer la huella que tantas personas anónimas para los aficionados, han dejado en sus ídolos…¿son conscientes tanto los jugadores como los clubes del “poder” que ejercen sobre las personas en su forma de actuar, de pensar…?” Quico asegura que esta “una de mis mayores obsesiones. El papel de los jugadores de fútbol es fundamental en el crecimiento del fútbol, en su expansión en la sociedad. Creo firmemente que con un autógrafo o una foto haces casi un levantinista o lo consolidas e incluso lo motivas. Esas palabras del Papa son un referente y una realidad y demuestra que el Papa es futbolero y que conoce en profundidad las figuras, los iconos”.