Eva Alcayde | 08-06-2017
Vicenta Alcácer es la séptima presidenta de la Asociación de Amas de Casa Tyrius, desde que en junio de 2015 sustituyó en el cargo a Asunción Francés.
-Este año Tyrius cumple 50 años, ¿qué balance realiza de esta andadura recorrida por la asociación?
-El balance es tan positivo, que pienso que Tyrius se ha convertido en estos 50 años en una de las asociaciones de referencia más importantes de la Comunitat Valenciana.
-En estos 50 años, ¿cómo ha evolucionado la entidad?
-La asociación ha evolucionado paralelamente a la sociedad, y de ahí su éxito. Creo que hemos sabido adaptarnos en cada tiempo a las necesidades del momento.
– También el papel de la mujer en la sociedad ha cambiado en estos 50 años…
– Afortunadamente nuestro papel ha cambiado para bien, aunque todavía queda mucho trabajo para conseguir una sociedad plenamente igualitaria.
– Tyrius está presente en 220 localidades de la provincia de Valencia, ¿cómo se consigue una red de esta envergadura y con esta unión?
– Se ha conseguido gracias a la ilusión y al trabajo de tantas y tantas mujeres que nos han precedido y han logrado con su ejemplo hacer de Tyrius la asociación que actualmente es.
-¿Cuáles son las dudas más recurrentes que suelen llegar a la entidad?
– Trabajamos generalmente en dos ámbitos: mujer y consumo. Tanto en uno como en otro, recibimos todo tipo de consultas, reclamaciones, etc.
-¿Qué es lo que más les preocupa a las familias valencianas?
-Actualmente uno de los principales problemas es conseguir terminar con todas las formas de terrorismo. Que no haya ni un asesinato más. Que ninguna persona se sienta discriminada por razón de sexo o creencias. Tenemos la tarea más importante que es educar. Educar a nuestros hijos en valores que nos ayuden a conseguir una sociedad donde no haya lugar para ningún tipo de violencia.
-¿Cuáles son los retos que se marca Tyrius para los próximos años?
– Son muchos los retos que tenemos, muchos proyectos. Lo más importante es seguir profundizando y crear recursos necesarios para dar soluciones y fortalecer el papel de la mujer en la sociedad, trabajando especialmente en las zonas más desfavorecidas. Un tejido social sin igualdad no puede avanzar y termina derrumbándose. Las mujeres ya no somos expectadoras, sino protagonistas. Cada día descubrimos que el talento no tiene género y es nuestra obligación seguir trabajando para crecer en un mundo que sea cada vez más justo.