DAVID AMAT | 14-09-2017
Los próximos 5 y 6 de octubre la UCV celebra el II Congreso Internacional ‘Pobreza, hambre y sostenibilidad: Por una nueva humanidad’, organizado por la Cátedra de la Teología de la Caridad. A menos de un mes de la celebración del multitudinario encuentro su director, José Luis Sánchez, expone algunas de las claves que lo convertirán en un acontecimiento único.
– Después del éxito del primer congreso, el listón está muy alto. ¿Cómo se enfrenta a esta segunda edición?
– Este congreso es un reto. Pero lo es toda la línea de investigación permanente sobre el hambre, en la que trabajan 50 investigadores de la UCV y de otras universidades.
Junto a la labor que realizan los investigadores en las seis comisiones y que se presentará en el congreso, este año hemos podido traer a Valencia al biólogo molecular Marc Van Montagu, creador de las plantas transgénicas; a uno de los mejores economistas del mundo, Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (EE.UU.); o a la exministra de Medio Ambiente Elvira Rodríguez, ahora presidenta de Tragsa.
Por no hablar de la presencia, de nuevo, del Premio Nobel Richard Roberts; el canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Marcelo Sánchez Sorondo; y, por supuesto, del propio cardenal Antonio Cañizares, impulsor de todo este proyecto.
– ¿Por qué este año la sostenibilidad es el concepto central del congreso?
– El año pasado nos centramos en la destrucción de alimentos y los alimentos emergentes. Pero lo cierto es que, para que pueda haber investigaciones serias y se trabaje sobre alimentos emergentes tiene que haber sostenibilidad. El planeta la necesita y la necesita desde las opciones de cada persona: todos hemos de buscar el bien del planeta. Debemos crear un estilo de vida solidario y sostenible.
Además, los países tienen que crear y firmar una carta de sostenibilidad a nivel mundial.
– Uno imaginaría más a Cáritas o a Manos Unidas organizando un congreso como este, ¿por qué la UCV ha apostado por ello?
– La universidad, católica o no, está para responder a los problemas de su tiempo y el gran problema de hoy es el hambre.
La UCV debe implicarse en el empeño del papa Francisco acerca de la ecología integral. Hemos de cuidar la creación, y su centro, que es el hombre.
Hemos de trabajar para combatir las nuevas pobrezas y acercarnos a las periferias, como dice el Papa. Y no hablamos sólo de las periferias pobres de las ciudades, sino del corazón de las personas.
Hemos de curar las heridas que muchos tienen, hemos de acercarnos a ellas para reconocerlas. No tener a Dios es la mayor de las pobrezas; quien no tiene a Dios, ni siquiera tiene esperanza.
– Una sociedad en la que se llega al punto de negar la evidencia científica de que los transgénicos son saludables, ¿es la prueba fehaciente de que la arbitrariedad en el concepto de verdad se ha instalado?
– Si todo vale, nada es valioso. El relativismo impera con una fuerza atroz. Cuando alguien duda de que todo vale, lo convierten en un fundamentalista. Por supuesto que la verdad existe, ¿qué enseñaría la universidad si no existiera?
El ser humano ansía la verdad y la busca; pero es mucho más fácil quitarle la carta de ciudadanía a la verdad para que todo sea subjetivo, y así todos puedan hacer y decir lo que quieran.
– Junto al análisis de las posibilidades que ofrece la agricultura de precisión y la reflexión sobre la ecología integral expuesta por el Papa en Laudato si’, el programa del congreso señala también como objetivo “profundizar en la necesidad de fundamentar la existencia en Dios para ser sostenibles”.
– El hombre está llamado a hacer el bien en todos los órdenes. Cuando no atiende esta orientación ética presente en su propia conciencia se desnaturaliza y padece las consecuencias en sí mismo y en el entorno en que vive. Creemos que es prioritario buscar la fundamentación de la existencia de Dios, analizando la corriente teísta como fundamento de sostenibilidad para el bien del propio hombre y del planeta.
Porque hay que decir que es posible ser creyente y a la vez intelectual. Hay una fundamentación metafísica de ello. “En Él somos, nos movemos y existimos” (Hch. 17,28). Nada puede ser sostenible sin Él.
– ¿Qué le diría a todos aquellos que se han dado por vencidos en la lucha contra el hambre y la pobreza?
– Les diría que es importante que las personas se conciencien de la gravedad del problema, que se sumen y participen en un movimiento como el New Humanity – Team People, que ha creado la UCV, y que no dejen de mirar a Dios como razón de nuestra esperanza.
En la página web de Team People puede descubrirse qué significa ese movimiento de creyentes y no creyentes, que lucha por erradicar el hambre en el mundo. Debemos interiorizar, reelaborar y popularizar el concepto de sostenibilidad.