Eduardo Martínez | 04-10-2019
El templo de San Jerónimo, durante la misa por las bodas de oro de la parroquia. A la derecha, el cardenal Cañizares, en la celebración con la réplica del Santo Cáliz que recibió la parroquia al ser dedicado su actual templo.
Hace cincuenta años nacía la parroquia de San Jerónimo en el barrio valenciano de Orriols. Era entonces una pequeña semilla lanzada por el arzobispo Josemaría García Lahiguera, que la erigió en el año 1969, y la congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón, que desde entonces se han encargado de administrarla.
Aquella simiente tomaba forma en un minúsculo bajo de apenas cien metros cuadrados en la calle Padre Viñas, en medio de una barriada de familias humildes y rodeada de huertas. Medio siglo después, esa semilla se ha convertido en un frondoso árbol que da sombra a más de 900 feligreses que acuden a ella asiduamente y que extiende su acción evangelizadora a miles de personas en Valencia y en otras partes del mundo a través de feligreses que hoy son misioneros.
La celebración de las bodas de oro se llevó a cabo el pasado 29 de septiembre, con una misa de acción de gracias presidida por el arzobispo de Valencia, para quien esta parroquia resulta particularmente familiar. Hace ya cuarenta años, siendo él presbítero y profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, acudía a la parroquia a celebrar misa, aprovechando sus estancias en el barrio para visitar a una parte de su familia que vivía allí. “Es una parroquia muy querida por mí ya antes de ser arzobispo de Valencia”, señaló durante la eucaristía el cardenal Antonio Cañizares.
Invitación al Sínodo
La misa contó con una decena de sacerdotes concelebrantes y con cientos de fieles que llenaron el actual templo parroquial, dedicado en 2004 por el arzobispo de Valencia Agustín García-Gasco. Don Antonio consagró con una réplica del Santo Cáliz que se venera en la Catedral de Valencia y que le fue regalado a la parroquia precisamente con motivo de la dedicación de su nuevo templo.
Don Antonio agradeció durante su homilía la labor que desarrolla la parroquia y animó a todos a seguir adelante con ella a partir de la escucha de la Palabra. Invitó, además, a los fieles a participar en el próximo Sínodo Diocesano Valentino. Y recordó también, en referencia a la Jornada Mundial del Emigrante, que se celebraba ese domingo, la necesidad de seguir ayudando a las personas que llegan de otros países en busca de auxilio.
El cardenal Cañizares hizo referencia también al Camino Neocatecumenal, como uno de los grupos más destacados de San Jerónimo, que fue la primera parroquia de la diócesis de Valencia donde se implantó en 1973 esta realidad eclesial. Don Antonio elogió y agradeció la presencia del Camino en San Jerónimo y en muchas otras parroquias de la diócesis valentina.
Catequistas para 1.300 adultos en toda la diócesis y misioneros en 9 países
De la frondosidad de ese vigoroso árbol en que se ha convertido San Jerónimo hablan bien los 1.300 adultos de parroquias de Valencia, Cocentaina, Alcoy y El Vergel que son acompañados por catequistas del Camino Neocatecumenal que son feligreses de la parroquia de Orriols. O también los fieles de la misma parroquia –algunos de ellos matrimonios– que marcharon como misioneros a través del propio Camino a nueve países: Venezuela, Rumanía, Portugal, Estados Unidos, Madagascar, Austria, Ucrania, Tailandia y Japón. O los siete jóvenes feligreses que han descubierto hasta el momento su vocación a la vida sacerdotal y consagrada.
Son, además, más de un centenar de agentes de pastoral los que desarrollan su servicio en la catequesis infantil y juvenil, el Oratorio de Niños Pequeños, la Confirmación o la pastoral familiar y de bautismos. Otros –tal como detalló en la misa de acción de gracias Ignacio Gómez, responsable de la primera comunidad neocatecumenal de San Jerónimo– atienden la Cáritas, la pastoral de los enfermos, las liturgias dominicales, el mantenimiento digno del templo o el acompañamiento a niños y jóvenes en campamentos y peregrinaciones.
Y en la evangelización de S.Jerónimo en este medio siglo de andadura han sido protagonistas destacados los distintos sacerdotes que han ejercido allí su ministerio. Entre ellos están los encargados y párrocos: Manuel Díaz, Fernando Tirador, Manuel Simó, Félix Enrique, Hilarino Valladares, José Manuel González, José Antonio Rodríguez y Javier Barrio.