BELÉN NAVA | 21.02.2020
El Congreso nacional de Laicos ‘Pueblo de Dios en salida’, celebrado este fin de semana en Madrid, en el que han tomado parte más de 2.000 participantes procedentes de las diócesis españolas, ha aportado “un sentido nuevo de presencia en la vida y en la Iglesia”, conforme ha señalado monseñor Javier Salinas, obispo auxiliar de Valencia y responsable de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española (CEE), organizadora del encuentro.
Hasta llegar a Madrid, se han analizado las aportaciones de más de 2.400 grupos integrados por más de 37.000 personas de todas las diócesis españolas, fruto del trabajo realizado en las fases diocesanas previas.
Según monseñor Salinas, “el entusiasmo vivido, la diversidad de experiencias y aportaciones y la unidad en el trabajo” han sido “claves” de este congreso y, tras su clausura, ha subrayado la necesidad de “trabajar por la comunión pero también reconociendo la diversidad, valorando a cada uno con lo que es y escuchándonos”.
Además, para mejorar la participación de los laicos en la vida pública “lo primero es proponérselo porque a veces vivimos un cristianismo avergonzado y no hay que olvidar que el primer testimonio es el personal, con nuestras decisiones y opciones”.
Por eso mismo “es importante apoyar en su misión a los católicos que desempeñan tareas en el mundo de la empresa, de la cultura o de la política, y que viven en minoría”, ha añadido.
Continuidad en Valencia
Por su parte, monseñor Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia, y responsable de la Vicaría para el Laicado y la Acción Caritativa y Social del Arzobispado, ha destacado a PARAULA que “a partir de ahora se inicia una etapa en la que los frutos de este congreso tendrán su continuidad en las diócesis, movimientos y asociaciones”.
Igualmente, monseñor Arturo Ros ha asegurado sentirse “muy orgulloso de mis queridos diocesanos” y ha afirmado que tras este congreso “seguiremos haciendo camino” porque “la experiencia ha sido muy gozosa al sentirnos Iglesia con todas las diócesis de España. Las reflexiones, los trabajos, las propuestas…todo ello ha contribuido al deseo de los laicos de cobrar protagonismo en la vida de la Iglesia”.
Haciendo un balance final, monseñor Ros ha explicado que “todo el mundo ha salido muy contento, muy animado y con mucha fuerza”. De igual manera, todo lo trabajado en el congreso, y a la espera del documento final con las conclusiones, “también tendrá su continuidad en nuestro Sínodo diocesano aunque muchos de los temas tratados nosotros ya los estamos estudiando en las comisiones sinodales”.