BELÉN NAVA |6-03-20|

La doctora ugandesa Irene Kyamummi, Premio Harambee a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. V.GUTIERREZ

La doctora Irene Kyamummi es una mujer enérgica y decidida. Tanto es así, que el Premio Harambee 2020 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana tenía claro desde bien pequeña que quería dedicarse a curar personas. “Ser médico no fue una decisión del momento sino de toda la vida”.
Cuarta de ocho hermanos , “y única católica, por el momento” de la familia, apostilla Irene, pertenece a la tribu Baganda que, con tres millones de integrantes, conforma el grupo étnico más grande de Uganda, su país natal.
La ahora doctora Kyamummi siempre ha seguido la máxima que su padre le dijo un día: “Tú irás donde te lleven tus notas”. Y sus calificaciones, excelentes, le llevaron hasta la universidad.
Sus padres, ambos profesores de Primaria, siempre animaron a sus hijos a “seguir nuestros sueños, y a que soñásemos a lo grande, aunque a veces faltasen los medios materiales para hacerlos realidad”.
Llegado el momento, las buenas notas y una beca del gobierno, hicieron que pudiera alcanzar su primer gran objetivo: ser médico y hacer la especialidad de anestesista. Y no lo hizo en solitario, una de sus hermanas siguió sus pasos y hoy también es doctora en ginecología.
Su inquietud por ayudar a los demás hizo que aplicase sus conocimientos médicos en aquellos que más lo necesitasen. Desde sus años de estudiante se involucró en proyectos para ayudar a personas con menos recursos.
Así, se “enroló” en dos iniciativas que se desarrollaban en las zonas rurales y en los ‘slums’ de Kampala.
Con TB-Child Project trató a niños con tuberculosis, y el Child Health Project (CHEP), desarrollado en Kenia, se centraron en la asistencia sanitaria a niños de los suburbios de Nairobi. Su meta era conseguir que la mortalidad infantil disminuyera afrontando la malnutrición y la falta de hábitos saludables.
“Es posible salvar la vida de miles de niños, prestándoles un mínimo de atención socio-sanitaria a la que no tienen acceso”, asegura Irene. A veces, todo se resuelve con una charla con las madres a las que se les da instrucciones sobre buenos hábitos de higiene y alimentación. “Les hacemos chequeos para desparasitarles y detectar posibles anemias u otras enfermedades propias de los niños”, explica y concreta que “muchas enfermedades se pueden curar si los niños son tratados con los primeros síntomas…pero a veces es muy tarde”.
Con este proyecto se llegó a tratar a 3.000 niños -de entre 4 y 14 años- con la ayuda de la clínica que Kimlea -una labor social en la que colabora personal sanitario voluntario-, tiene en el área de Lumuru, suburbio de Nairobi.


CHEP en Uganda
El segundo gran objetivo de Irene, tras haber logrado ser médico, es llevar a su país natal el proyecto CHEP. En Uganda, y según datos de CIA World Factbook, el índice de mortalidad infantil registrado en 2019 es de 55 bebés menores de un año muertos por mil nacimientos, un porcentaje que, comparado con el de España (3.000 nacimientos), resulta abrumador y que se incrementa en los ‘slums ‘y zonas más pobres. “Cuando visitamos zonas rurales veo que, además del problema sanitario, hay de otro tipo por eso, además de tratar a los niños, vamos a sus casas y hablamos con los padres y tratamos de ayudarles en sus problemas y así el proyecto ayuda a toda la familia a tener un futuro mejor”. Tal y como apunta la doctora, a día de hoy, en Uganda, todavía hay un alto índice de mortandad de niños por enfermedades gastrointestinales. “Con un mínimo de higiene y de asistencia sanitaria esto no pasaría”, asegura.
A poder ser, Irene quiere poner en marcha el proyecto a finales de marzo o primeros de abril. “Ya he hablado con los directores de los tres colegios donde comenzará a implantarse y que dará servicio a alrededor de 1.500 niños, así como con los profesores y los padres”, asegura. Hasta ahora, se estaban usando clínicas itinerantes que iban por las escuelas para ayudar en cuestiones médicas a los niños.
En la zona esperan con gran expectación la implantación del proyecto puesto que saben del éxito que ha tenido en el territorio vecino. “CHEP -explica Irene- donde ha permitido que se produzcan muchos cambios en la vida de los niños. Están más sanos, felices y eso hace que vayan mucho más al colegio por lo que el absentismo ha disminuido notablemente”.


Harambee
Desde su nacimiento en 2002, con motivo de la canonización del fundador del Opus Dei, Harambee-ONGD ha colaborado en la puesta en marcha y financiación de más de 100 proyectos (de alfabetización, sanidad, educación, promoción y liderazgo de la mujer, concienciación de la opinión pública…) en 22 países del África subsahariana.