L.A. | 14.01.2021
Cáritas Diocesana de Valencia atiende durante todo el año a cientos de personas sin hogar, pero en esta época de frío ha intensificado su acción para acompañarlas y mejorar su situación. Ignacio Grande, su director, explica a PARAULA cómo han afrontado estos días de temporal y ola de frío.
Esta ola de frío ha puesto aún más de manifiesto la dramática realidad de tantas personas sin hogar: muchas, por si fuera poco, enfermas y en situaciones personales angustiosas.
Las personas que atraviesan situaciones de sinhogarismo sufren las consecuencias más graves de la exclusión y de la pobreza, principalmente la dificultad de acceder a una vivienda. Y luego además los problemas de vivir en la calle pueden derivar en enfermedades, algunas de carácter mental, adicciones…. la mayoría de veces son situaciones graves y muy dramáticas.
¿Cuántas personas sin hogar calcula Cáritas Diocesana de Valencia que viven actualmente en la calles de la capital?
Estimamos que en la ciudad de Valencia hay más de 800 personas sin hogar y miles de personas en España. Es una realidad que está en nuestras calles, muy cercana y muchas veces por desgracia invisibilizados. Por ello tenemos que visibilizar las realidades de sufrimiento de estas personas y sobre todo acompañarlas desde la cercanía y trabajar para que encuentren una vivienda.
¿Cómo ha afrontado Cáritas este temporal?
Uno de los objetivos prioritarios de Cáritas es acompañar a las personas sin hogar durante todo el año. Fuimos pioneros en generar programas de acompañamiento a estas personas. Actualmente lo hacemos a través del programa Mambré, que es un centro prelaboral, una vivienda, el albergue de noche y el trabajo en la calle. Lo que hemos hecho estos días de temporal es reforzar lo que ya tenemos aumentando plazas, sufragando otras en pensiones y reforzando el trabajo de calle. Hay que destacar que con otras tantas entidades que también están dedicándose a ello existe buena coordinación y comunicación.
Además, a raíz del llamamiento del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que es muy sensible a esta realidad de sufrimiento fueron muchas las parroquias que pusieron a disposición del Arzobispado, de Cáritas y de otras entidades sus locales parroquiales. Ha habido una movilización muy grande que demuestra que Valencia es una ciudad solidaria.
¿En estos tiempos de pandemia han aumentado los voluntarios?
Valencia es un tierra generosa y así se ha visto en el período de confinamiento. Ha aumentado el número de personas que se han acercado para colaborar. 6.000 voluntarios, vidas anónimas, que son importantes ya no solo por lo que hacen sino por lo que son. Vidas entregadas, que desde lo pequeño quieren hacer una sociedad mejor y más fraterna en estos momentos tan duros.