EVA ALCAYDE | 21.01.2021
El desempleo y la crisis económica, la pandemia, el elevado precio de las facturas, la ola de frío y nieve y el inadecuado aislamiento térmico de muchas viviendas son la tormenta perfecta para cientos de familias valencianas que no pueden hacer frente al pago de los recibos de luz y gas. Muchas familias sufren la pobreza energética, pero muchas más sufren de vulnerabilidad energética.

La pandemia sanitaria que vivimos, con las nuevas restricciones para frenar el virus, que nos hacen pasar más tiempo en casa, junto a ‘Filomena’ y el temporal de frío y nieve que asoló a España la pasada semana y el aumento de la factura de la luz, conforman una tormenta perfecta para muchas familias valencianas, que tienen serios problemas para pagar sus facturas de luz, gas y agua.


Este es el caso de Carmen y Felipe, un joven matrimonio -33 ella y 34 él- con dos hijos de 6 y 3 años, a los que las cosas no les van del todo bien. Felipe siempre ha trabajado de forma eventual, pero la pandemia ha terminado por hundirle, pues trabajaba de camarero y no le han renovado el contrato.


Para Carmen la situación tampoco es mejor. Antes de ser mamá trabajaba como dependienta en un comercio de su barrio, que tuvo que cerrar por falta de ventas. Después vinieron los embarazos y la crianza de los niños. Y ahora ya no encuentra empleo.


La familia vive en un piso de alquiler por el que pagan 450 euros mensuales. Como ingresos solo tienen el subsidio de Felipe, otras ayudas de los servicios sociales y las que les ofrece la Cáritas parroquial.


Hasta el mes de julio han ido pagando todos los recibos, pero ahora ya no pueden hacer frente. Felipe no encuentra trabajo y están a la espera de recibir otras prestaciones que han solicitado. Pero la familia ya ha recibido el aviso de corte de la luz.

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