E.A. | 11.03.2021
La covid-19 ha aumentado las desigualdades entre los hombres y las mujeres y ha incrementado también las graves vulnerabilidades a las que ellas se enfrentan cada día, tanto en lo económico y social, como en lo educativo.
Cáritas Diocesana de Valencia lo comprueba a diario en el trabajo que desarrolla en la calle. Por eso, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la entidad ha alertado de que con la pandemia sanitaria se han disparado las dificultades de las mujeres que acompaña, que han visto mermadas aún más sus oportunidades.
Más mujeres que hombres
Cáritas Valencia atiende cada año a más del doble de mujeres que de hombres (76 por ciento en 2019). De hecho, más de 5.000 mujeres participaron en los proyectos de formación e inserción social y laboral dirigidos a ellas y a familias en riesgo de exclusión social, así como a mujeres en contexto de prostitución y trata, entre otros.
Además, según datos de la última memoria de Cáritas Valencia correspondientes a 2019, un total de 700 personas fueron atendidas en los proyectos de Familia e Infancia de las Cáritas parroquiales, de las que el 80 por ciento eran mujeres.
Igualmente, otras 149 mujeres recibieron apoyo en el programa de acompañamiento a personas en contexto de prostitución y trata. También en el programa de empleo, el 73 por ciento de las personas acompañadas fueron mujeres.
En España, Cáritas acompaña a más de 80.000 mujeres en situación de exclusión social.
Más perjudicadas
Los efectos de la pandemia también se han notado más en las mujeres. A la violencia machista se suman otras desigualdades, como el origen étnico, la edad, la situación socioeconómica, la discapacidad o la ubicación geográfica, que impactan en las mujeres en situaciones precarias y aumenta su riesgo de exclusión social.
Según ha constatado Cáritas, el retroceso producido por la pandemia ha sido global. “Las mujeres tienen puestos de trabajo de mayor precariedad, tanto en el salario, como en las condiciones laborales, inestabilidad o vulneración de derechos, además de mayor probabilidad de estar empleadas en el sector informal”, señala Cáritas que destaca que las mujeres, también acumulan otras desventajas, como menor acceso a las prestaciones sociales, conforman la mayoría de los hogares monoparentales y son las principales sustentadoras de los cuidados familiares. A ello se une el incremento de las situaciones de violencia que se ha producido durante el confinamiento domiciliario obligado por la pandemia.
Por todo ello, Cáritas pide “incorporar el enfoque de género en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, promoviendo una educación en igualdad, para avanzar en lugar de retroceder”.
Manos Unidas denuncia que la carga de trabajo para la mujer se ha triplicado durante la pandemia
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Manos Unidas también ha denunciado que la emergencia de la covid-19 está teniendo un grave impacto en el día a día de millones de mujeres y niñas en el mundo.
Las medidas de confinamiento, las restricciones de movilidad, la crisis económica, el cierre de las escuelas y la masificación de los centros de salud han llevando a millones de mujeres a situaciones límite con una multiplicación de la carga de trabajo y estrés.
Según los socios locales con los que trabaja Manos Unidas, las mujeres han visto cómo, durante muchos meses, el hogar se ha convertido en escuela, espacio de trabajo y centro de ocio y de cuidado de la salud, con el consiguiente incremento de la carga de trabajo, que ha llegado muchas veces a multiplicarse por tres.
Otro de los graves problemas a los que se han tenido que enfrentar las mujeres durante la pandemia ha sido el drama del hambre y de la pobreza derivadas de la pérdida de ingresos. “Las mujeres empobrecidas son las más pobres entre los pobres”, asegura desde Israel la misionera Alicia Vacas, que constata que las mujeres trabajan en empleos precarios y mal remunerados y han sido las primeras en ser despedidas de sus puestos de trabajo durante la pandemia.
El apoyo a la mujer es un eje transversal en todas las campañaas de Manos Unidas. En 2020 la entidad aprobó 45 proyectos (2,7 millones de euros) para trabajar por los derechos de las mujeres y la equidad, que beneficiaron a más de 84.000 mujeres de los países más empobrecidos del planeta.