L.B. | 24.06.2021
Las Canonesas Regulares Lateranenses de San Agustín han empezado a fabricar y vender formas para la eucaristía en su monasterio de San Cristóbal, de Valencia, ante la necesidad de obtener ingresos con los que sufragar los gastos de rehabilitación del convento.
Hasta ahora su medio de subsistencia era la fabricación de rosarios, cruces y otros objetos de regalo, pero ante la insuficiencia de medios, sobre todo para llevar adelante la rehabilitación, han tenido que buscar otros medios y aumentar su actividad.
Junto con las formas que fabrican ellas mismas, las religiosas también tendrán a la venta vino para consagrar con el fin de que los sacerdotes que vayan a comprar una cosa, tenga todo lo necesario para celebrar la Eucaristía.
Para llevar adelante esta nueva labor, las Canonesas han habilitado una sala de trabajo donde han instalado las máquinas que hasta ahora utilizaban las Carmelitas de Puzol. “Ellas ya no las necesitaban porque, al ser todas mayores, ya no pueden dedicarse a elaborar las formas”, indica la madre Mercedes Aparisi, superiora de la comunidad. Las Carmelitas, además de cederles todo su material, también han enseñado a las Canonesas todo el proceso de preparación. Aunque la M. Mercedes ya tenía algo de experiencia pues en el convento donde estuvo anteriormente también las fabricaban. “Hemos aprendido, no es tan difícil aunque has de estar muy pendiente. Las Carmelitas nos han dicho los ingredientes y cuatro de nosotras hemos aprendido el proceso”, indica la religiosa.
Proceso que llevan a cabo desde las 10 hasta las 13 horas en silencio y oración, ya que las Canonesas son religiosas de vida contemplativa. “Ponemos todos los ingredientes en la amasadora donde se amasan durante 30 minutos. Luego cocemos la masa. Una vez tenemos las obleas, las cortamos con la forma y el tamaño adecuado después de humidificarlas”, explica la M. Mercedes. Todo el proceso termina con el embolsado.
Las formas se pueden comprar en el propio convento, o encargarlas y las religiosas las envían.
En la actualidad son cinco las religiosas que habitan el monasterio de San Cristóbal, aunque están esperando la llegada de otras cinco que se quedaron en la casa de formación de Filipinas, al no poder venir por la pandemia.
Rehabilitación
Las religiosas tuvieron que acometer las obras de rehabilitación del monasterio de San Cristóbal con carácter urgente porque había zonas donde el deterioro era considerable. Hasta ahora han podido arreglar el suelo de la iglesia y del coro, que se levantaba como consecuencia de las humedades. También han podido reparar las goteras colocando tela asfáltica en la cubierta. Pero les queda pendiente el arreglo del claustro, de la cocina, del refectorio y de las habitaciones. “Vamos haciendo las obras poco a poco, hasta donde podemos pagar. Luego esperamos hasta que recaudamos más dinero. Pero aún queda mucho por hacer”, señala la priora.
Hasta ahora, las religiosas obtenían fondos con la elaboración de rosarios y cruces. Y también contaban con donativos de vecinos y amigos. “Pero en este tiempo de pandemia hemos notado mucha necesidad en la gente, falta de trabajo y hemos recibido menos ayudas”, comenta la M. Mercedes, quien a pesar de todo subraya que “seguimos confiando en la Providencia”.
Venta:
Monasterio de San Cristóbal
C/ Poeta Bodría, 2 – Vcia.
Lunes a sábados: de 9 a 12
y de 16:30 a 17:30 h.
Domingos: de 11 a 12
y de 16 a 17 h.
Encargos:
96.360.58.85 y 630.076.812