❐ REDACCIÓN | 17.02.2022
El Servicio de Acompañamiento y Mediación Intrajudicial Canónica (SAMIC) del Tribunal Eclesiástico Metropolitano de Valencia comparte su metodología, a través de cursos ‘online’, para la implantación de su modelo de acompañamiento en otras diócesis españolas.
El curso de Especialización sobre Acompañamiento y Mediación Familiar Canónica, que ha iniciado su tercera edición -estando abierta la matriculación para la 4º convocatoria-, cuenta con la participación de agentes y profesionales de 26 diócesis españolas.
Tal y como indica el vicario judicial del Arzobispado de Valencia y director del SAMIC, Jorge García Montagud, “los obispos de las diócesis con los que hemos hablado veían la necesidad de renovar la formación de sus agentes de pastoral y de sus tribunales, para atender a las familias rotas, lo que supone una ilusión y una gran responsabilidad poder formar a personas que luego vayan a cuidar las heridas de las familias en otras diócesis”.
En concreto, en lo que respecta a los Tribunales Eclesiásticos, añade, “hace unos días, el papa Francisco en su tradicional discurso a la Rota Romana volvió, de nuevo, a alertar sobre la importancia del cuidado a estos fieles”. Así, el Santo Padre afirmó que “la administración de la justicia en la Iglesia es una manifestación del cuidado de las almas, que requiere preocupación pastoral para ser servidores de la verdad salvífica y de la misericordia”.
Se trata de un curso dirigido a aquellas personas que, por sus inquietudes, profesión o por su vocación de voluntariado, quieren ayudar a las familias que acuden a los Tribunales Eclesiásticos o servicios de pastoral familiar de los obispados de España. La formación capacita para poder atender a familias en conflicto y alta dificultad con hijos, con las herramientas de la mediación y el acompañamiento.
La familia debe seguir
“La Iglesia siempre ha estado preocupada por esta realidad y este servicio está siendo un gran altavoz para estas familias que sufren. Somos un equipo de atención que nos ponemos a salvar el matrimonio en todas sus dimensiones, con los métodos que hoy en día ofrecen las ciencias humanas, pero, además, realizada por operadores cristianos, lo que aporta un extraordinario valor al sustentarse también en el poder de la oración y la fuerza del Evangelio”, según García Montagud.
El curso entronca materias como la teología, el derecho canónico, el acompañamiento espiritual, jurídico y psicológico, así como la mediación, «desde un punto de vista católico, es decir, desde el encuentro y el acercamiento, no desde la fricción”, según indica Teresa Bobes, experta en Psicología Clínica, directora del Área de Psicología y profesora del Servicio de Mediación.
El enfoque psicológico del curso “explica el matrimonio entendido como una conyugalidad, buscando el bien mutuo de los cónyuges y su prole. En el caso de que eso no se consiga llevar al final como un matrimonio, siempre pretendemos que se mantenga la familia unida. Aquéllas que llegan rotas o se están rompiendo, intentamos que esos pedazos vuelvan a encajar, porque, aunque un matrimonio se pierda o se declare nulo, la familia siempre debe seguir en pie”, añade Bobes. “El valor añadido que tenemos como SAMIC es que somos profesionales que somos Iglesia, creemos en lo que hacemos y compartimos las creencias de las personas que se acercan a nosotros en su sufrimiento”, concluye la Dra. Teresa Bobes.
El servicio se puso en marcha hace cinco años, de forma pionera en España, por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares.