❐ L.B. | 12.04.2022
El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió el viernes 8, el solemne vía crucis diocesano. El conocido como vía crucis de Ciutat Vella -porque tradicionalmente recorre las calles del centro histórico más cercanas a la Catedral- se ha celebrado por segundo año consecutivo en el interior de la Seo. En esta ocasión por la situación sanitaria, como el año pasado, pero además, por las obras que se están realizando en su itinerario habitual.
El vía crucis fue organizado por el Foro Diocesano de Fieles Cristianos Laicos y la Delegación Diocesana de Laicos.
El texto de las estaciones y sus meditaciones fueron leídas por miembros de los movimientos, asociaciones y cofradías del Foro de Laicos y participó también con sus cantos el coro de la parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia.
Al igual que el año pasado, los fieles que asistieron participaron sentados en los bancos sin desplazarse por el templo, y la Cruz y las dos velas que la acompañaban fueron portadas por tres personas de forma estática junto al altar.
En los misterios se meditó y oró por los pobres, los excluidos de la sociedad, y los damnificados por las guerras, el egoísmo y la indiferencia. “Que la Cruz de Cristo, instrumento de dolor pero también de vida nueva, que une como en un abrazo, ilumine la conciencia de los ciudadanos, de la Iglesia, de los legisladores y de todos los que se profesan seguidores de Cristo, para que llegue a todos la Buena Noticia de la redención”, manifestó el Arzobispo durante la oración.