El besamanos de la Virgen de los Desamparados de este año era un acontecimiento doblemente especial. Era el primer besamanos después de la pandemia, sin limitaciones de aforo ni restricciones, y, además, se celebraba en el marco del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Pontificia. Un besamanos que consistió en una pase reverencial y que finalizó a la una de la madrugada tras el paso continuo de más de 23.000 fieles durante 18 horas cargadas de profundas emociones.
❐ B.NAVA | 25-05-2022
A las 6:45 de la mañana del miércoles 18 de mayo se abría puerta de bronce de la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Había ilusión, expectación y alegría por reencontrarse con la madre de todos los valencianos. Emoción contenida que no tardó en aflorar ante la visión, frente al altar, de la imagen de la Mare de Déu. Marisa y Concha, como en los cinco años anteriores, fueron las primeras en adentrarse en la casa de nuestra patrona. A ellas les siguieron gente llegada desde las localidades vecinas de Paterna, Burjassot, Benimamet o Manises que, con apenas un hilo de voz, confesaban sentirse “aborronats”. “Son muchas las emociones que sentimos ahora mi señora y yo”, aseguraba José Luis. Venían a pedirle a la Virgen salud para sus hijos y sus nietos. “Para mí no pido nada…yo siempre pido para los demás…eso es lo importante”, confesaba.
Con las primeras luces del día, la plaza de la Virgen comenzaba a llenarse de gente y se unían a la larga cola dispuesta en zig zag de los más madrugadores. Los primeros rayos del sol ya indicaban que el día iba a ser caluroso y por eso Mari y Julia, dos vecinas de Patraix, enseñaban sus paraguas. “Ya hemos venido muchas veces y lo mejor es venir preparado”. Además, este año, entre los fieles que acudieron al besamanos se repartió agua fresca para paliar los efectos del calor.
“Valencia siempre es fiel a esta cita con la Mare de Déu, en un día precioso en el que los fieles pueden estar más cerca de la Virgen, en un momento de intimidad, presentando oraciones y súplicas a los pies de nuestra patrona”, destacó Álvaro Almenar, vicerrector de la Basílica.
En este primer besamanos una vez las restricciones sanitarias han desaparecido, no hubieron limitaciones de aforo ni medidas especiales frente a la pandemia pero para acceder al templo se recomendó el uso de mascarilla, utilizar los dispensadores de gel hidroalcohólico y mantener la distancia prudencial.
“Es un día muy bonito para todos los valencianos y está transcurriendo con tranquilidad, con una afluencia maravillosa porque los valencianos siempre responden a la llamada de la Mare de Déu. Para muchas personas era muy importante poder venir a dar las gracias a la Virgen, sobre todo después de estos años tan difíciles de la pandemia”, precisó José Luis Albiach, presidente de los Seguidores de la Virgen de los Desamparados, que colaboraron en la organización y control de acceso en el besamanos, al igual que la Corte de Honor y los Eixidors del Trasllat.
A lo largo de la jornada, que duró 18 horas y en la que participaron más de 23.000 devotos, niños, mayores, embarazadas o recién nacidos, pasaron ante la iamegn de la Virgen. Las peticiones fueron muchas, casi todas por cuestiones de salud, pero también hubo alguna en la que pidieron “para que Ella interceda por nuestra familia y ponga paz donde ya no la hay”, explicaba Tania.
Pese a no poder besar la mano de la Mare de Déu, por su manto pasaron fotos de los seres queridos, pulseras, pañuelos, estampas, chupetes…incluso alguna pequeña escultura de la Virgen y algún que otro móvil y ropita de bebé. “Es para una amiga que está a punto de dar a luz y no ha podido ven ir”, indicaban.
‘Corona de Caridad’
Este besamanos ha sido el primer acto que se ha celebrado tras el inicio del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Desamparados. Por ello, se ha incidido en la importancia de hacer partícipes a todos los valencianos en esta celebración a través de sus donativos. “Todos los donativos que se recojan este año, también hoy, en el Besamanos, se destinarán a la ‘Corona de Caridad’ para la Patrona, en favor de los más desamparados porque este título que Ella lleva, Virgen de los Desamparados, sólo tiene sentido si atendemos y acompañamos a las personas que más lo necesitan: los enfermos mentales graves y en riesgo de exclusión, a través de la Fundación MAIDES; a madres gestantes, a través de Provida; y a mujeres excluidas, a través de Villa Teresita, entre otros proyectos de la Basílica y su obra social”, subrayó el vicerrector, que añadió que “esta ‘Corona de Caridad’ será la joya más bonita que podrá lucir nuestra Madre”.