❐ B.N. | 21.07.2022
La Fundación Fontilles lucha contra la lepra y otras enfermedades olvidadas mediante proyectos de cooperación sanitaria internacional. Desde principios del siglo XX su máxima preocupación ha sido trabaja por la salud y el bienestar de colectivos vulnerables.
Estos últimos años, en los que la pandemia ha dejado huella, no han sido fáciles. “Cumplir nuestros objetivos y mantener, al mismo tiempo, la máxima seguridad posible frente a la covid-19 ha supuesto mucha presión. La colaboración de las personas atendidas, de sus familias y del personal de Fontilles ha sido, un año más, fundamental para lograrlo”, explicó al respecto el presidente de la entidad, Juan Lorca.
A pesar de las adversidades, su lucha sigue y en el pasado 2021, Fontilles atendió a 268 personas en su sanatorio de la Vall de Laguar (en la comarca alicantina de la Marina Alta), de acuerdo con los datos de la memoria de actividades de 2021.
La Fundación atendió a 117 pacientes en el Hospital Ferrís de media y larga estancia, especializado en la atención, rehabilitación y recuperación en periodos postoperatorios, convalecencia de enfermedades o cuidados paliativos. De ellas, 47 ingresaron para recibir cuidados médicos; 25, por motivos socioeconómicos; 38, para proceder a su rehabilitación física; y 7, para obtener cuidados paliativos. Seis de las personas fueron atendidas gracias a los convenios de colaboración firmados con las asociaciones benéficas Jalon Valley Help, Mabs Cancer Support Group, Cancer Care Jávea y Help Marina Alta. El resto fueron derivados por el Hospital de Dénia-Marina Salud.
Asimismo, la entidad dio servicio a 130 usuarios -79 mujeres y 51 hombres- en el Centro Geriátrico Borja, miembro de la Asociación de Residencias y Servicios de Atención a los mayores del Sector Solidario, que agrupa a centros sin ánimo de lucro que prestan servicios geriátricos.
El Centro Geriátrico Borja dispone de 42 habitaciones dobles para residentes y de un centro de día con capacidad para 20 personas. Además, los residentes del centro se beneficiaron de dos proyectos pioneros: por un lado, ‘Música para despertar’, un programa dirigido a pacientes con Alzheimer cuyo objetivo es despertar sus recuerdos y emociones a través de la memoria musical; por otro lado, la terapia asistida con animales, que utiliza el vínculo persona-animal como parte integral del proceso de tratamiento. Además, el centro consiguió este año el certificado de la Norma Libera-Care, que lo acredita como libre de sujeciones.
Además, Fontilles siguió operando durante 2021 como centro de referencia en lepra con la colaboración de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana, lo que le permitió brindar residencia a 10 personas que padecieron la enfermedad en el pasado -7 mujeres y 3 hombres- y suministrar tratamiento ambulatorio a 11 personas que la padecen en la actualidad -6 mujeres y 5 hombres-, derivadas por los servicios de salud de diversas comunidades autónomas.
El centro retomó las visitas ambulatorias de pacientes después de que permaneciera cerrado durante 2020 a causa de la normativa de prevención del coronavirus.
Frente al coronavirus
La entidad desarrolló su labor en España gracias a su propia plantilla, formada por 131 personas contratadas, y a la colaboración de 202 personas voluntarias. Las medidas se seguridad implementadas para prevenir la covid-19 en el sanatorio permitieron, además, “un buen balance en relación con la pandemia”, según señaló Juan Lorca. “Ningún brote durante el primer año, ningún caso grave y ni un solo fallecimiento por coronavirus avalan este trabajo. Y, al mismo tiempo, hemos sido capaces de seguir prestando una atención individualizada centrada en cada persona, mejorando, día a día, nuestros servicios. Tanto las encuestas de satisfacción de nuestros usuarios y sus familias en el Centro Geriátrico Borja y el Hospital Ferrís, como las auditorías de calidad, así lo avalan”, afirmó el presidente de Fontilles.