❐ AMPARO CASTELLANO | 15.09.2022
Estamos sorprendidos porque este es un Curso especialmente difícil, con la entrada en vigor de la LOMLOE. A ello se añade que hemos conocido que a pocas fechas del comienzo, en el mes de agosto, es cuando se han conocido las directrices para el Curso. ¿Nos puede explicar las dificultades que les ha supuesto?
Lo sorprendente es que en este Curso conviven dos sistemas distintos: en Primero de Primaria estará la LOMLOE y en Segundo de Primaria no lo estará, se implantará el Curso que viene. La LOMLOE como toda ley orgánica requiere los desarrollos curriculares del Ministerio y de la Comunidad Autónoma. La verdad es que se ha retrasado mucho, y lo cierto es que los decretos curriculares de ordenación académica de la Comunidad Valenciana se publicaron en agosto. Conocíamos borradores, pero al final la certeza la tenemos cuando la norma está publicada el DOGV, en agosto. Entonces, con un profesorado disfrutando de su merecido descanso vacacional, publicarse una normativa en esas fechas, entendemos que desde luego no es lo más adecuado, y más, cuando es una cosa nueva, sobre todo porque hay cosas que cambian. Pasamos de un enfoque de contenidos y de conceptos a un enfoque más competencial. Aparecen conceptos nuevos, como las competencias clave, las competencias específicas, los saberes básicos, el perfil de salida….es decir, una nomenclatura que evidentemente hay que trabajarla en las programaciones, en la evaluación y demás… Por lo cual, el profesorado está expectante y un poco inquieto. Nuestra obligación es transmitir tranquilidad al profesorado y a las familias. Tenemos lo más importante que son los alumnos y las ganas de enseñar. Con los métodos tendremos que ir adaptándonos a la norma, pero no nos podemos angustiar y lo iremos haciendo lo mejor que podamos. Es verdad que el legislador a veces no piensa en el efecto que puede tener una aplicación de la norma sin preparación. Quizá hubiera sido más prudente retrasar la implantación de la ley. A nosotros como sector educativo no nos corre prisa y no tiene por qué ser tan precipitado, y por tanto hubiera dado más tiempo para la preparación del docente tanto en programación como en evaluación, en todo lo referido a la aplicación de la nueva norma. No obstante, comenzamos con mucha ilusión, una oportunidad de alumnos nuevos, con familias necesitadas de que sus hijos vuelvan al colegio y volver a socializar y tener esa ayuda que ofrecemos en el crecimiento integral de la persona.
La Fundación Colegios Diocesanos tiene una identidad propia con un modelo educativo en el que sí existe una gran comunicación permanente con los alumnos a través de la tutorización pero también con los padres, a diferencia de voces como la exMinistra de Educación que negaba el derecho de los padres a elegir la educación para sus hijos. Hemos conocido a través de los medios de comunicación gravísimos casos de ‘bullying’ que afectan a niños y jóvenes. ¿Cómo afrontáis desde los colegios diocesanos los problemas de este contexto tan complicado para niños y jóvenes que puede acabar en esos casos?
Tomando las palabras de las que habíamos referencia, nadie discute que los hijos son de los padres y nosotros somos cooperadores con las familias. Muchas veces los docentes decimos que si las familias no lo hacen mejor es porque no saben, porque los padres lo que quieren es lo mejor para sus hijos. Desde luego discutir si los hijos son de los padres, está fuera de lugar. Y también pedimos a las familias que sean colaboradores de los colegios, que hacen un gran esfuerzo para sus hijos, hasta en las correcciones. Tengo muchas experiencias de reclamación de evaluaciones, con exigencias, revisiones, etc. y les digo, nuestro interés no está en que su hijo suspenda, nuestro interés es lo mejor para su hijo. Lo más preciado que tenemos son los hijos, por eso los tenemos que poner en manos de profesionales. Como cuando vamos al médico, que no discutimos los criterios médicos, lo mejor es poner a los hijos en manos de los educadores y no discutir los criterios docentes.
Respecto al ‘bullying’ es un tema muy delicado. Desde el pasado año hemos puesto en marcha un protocolo antisuicidio y autolesiones. Los datos son espeluznantes por la gran cantidad de jóvenes que, por unas causas u otras, no le ven sentido a su vida y plantean esto como una opción y en los colegios hemos de trabajar precisamente poniendo en valor la vida. Cuando aparece una víctima de ‘bullying’, en el colegio hay dos aspectos: prevención e intervención. En nuestro Plan de Acción Tutorial trabajamos precisamente la dignidad de la persona: “eres persona, eres única, eres un don de Dios, mereces respeto, nadie puede estar solo, discriminado o marginado; existe el perdón y la posibilidad de llegar al otro”…Cuando empezamos a trabajarlo desde que tienen 3 años, año a año, tiene un impacto en los alumnos que les lleva a encontrar sentido a “no puedo agredir a un compañero, no puedo acosar”, y esta labor preventiva es la que más se produce en nuestros colegios. Luego si se llega a producir, los colegios tenemos un protocolo de actuación en cuanto nos alertan las familias, y ahí es fundamental la observación. Lo que hemos visto de los casos que hemos conocido por los medios de comunicación es que los profesores pueden ser los grandes descubridores del acoso por la observación, pero si no actúan los grandes encubridores. En esa observación, cualquier niño que sale de la dinámica normal -que vemos que no sale, que está triste, que está solo, aislado- el docente, que así como el Buen Pastor conoce a sus ovejas, el buen docente conoce a sus alumnos, debe estar muy atento a esto, y en el momento que ve esta situación inmediatamente aplicar el protocolo, que parte de la observación y de las conversaciones y relaciones con los alumnos.
Es muy importante solucionar el problema en el aula, en el colegio. Los conflictos del colegio se deben solucionar en el colegio. Podemos judicializarlo todo, pero judicializar un asunto de este calado, tienen que ser asuntos muy graves donde nada pueda solucionar el colegio. Y con ese protocolo aplicar las medidas disciplinarias con los autores y preventivas con el alumnado, incluso de separación. Ha habido casos en los que los alumnos han estado separados y bajo vigilancia de los profesores todo el tiempo hasta que es posible reconducir la situación. Necesitamos a las familias y en ocasiones también la ayuda de profesionales, porque podemos encontrarnos en casos donde las familias no sepan cómo actuar ante esta situación, y es ahí donde los profesionales pueden ayudar, orientar, y poner en valor la vida, el respeto de unos y otros sin ir contra nadie, y esto es lo que tenemos que sembrar. Por eso insisto en lo importante que es la prevención, desde muy pequeñitos hablarles de estas cuestiones concretas, y no en general, sino trabajar proyectos concretos, no vale decir “tenéis que ser muy buenos” si al final no hacemos cosas concretas, ayudar al alumno a ver en el otro un ser que aunque no tiene las mismas características que tú, o piensas que es inferior, o superior, al final es un ser que tiene la misma dignidad como persona que tú, absolutamente respetable, y esa es la labor que los colegios tenemos que hacer.
Agradecemos la claridad porque no se habla de cómo enfrentar el ‘bullying’ en otros modelos educativos. Precisamente en la identidad de la Fundación Colegios diocesanos se trabajan proyectos dirigidos a la educación integral de la persona a través de la agenda escolar, cuáles son los temas elegidos en la agenda de este curso?
Lo primero es afirmar que como Colegios Diocesanos somos escuela católica, que tiene un sentido, un modelo propio que los padres pueden elegir como educación católica. A lo largo de la agenda vamos a trabajar 10 temas con alumnos, profesores y familias. Temas importantes para los alumnos y que nos demandan las propias familias, como la acogida y el acompañamiento (nadie solo, nadie puede sentirse apartado); la importancia del esfuerzo, la prudencia; la prevención de abusos sexuales, la prevención de la vida, la prevención del aborto, las amistades verdaderas, las amistades tóxicas.
A lo largo de los diez meses, vamos a trabajar cada uno de los temas en la sesión de tutoría, y ahí los profesores tienen una importantísima labor para hacer una reflexión sobre el tema y para trabajar con los alumnos cosas que el curriculum no nos dice.
Muchas veces damos por bueno que todo el mundo sabe lo que son los Colegios Diocesanos, y aunque estamos ya en el modelo del siglo XXI, con estos colegios que son, a día de hoy, de los más innovadores en el sector educativo, aún muchos desconocen su origen, como colegios de iniciativa social.
Desde luego (sonríe) tenemos bastante anécdotas al respecto. La realidad de los Colegios Diocesanos de Valencia no tiene parangón en ninguna diócesis de España, ni en Europa, y diría, ni en el mundo. Y esto es desconocido, el hecho de tener 67 colegios no tiene comparación.
Somos herederos de aquellos sacerdotes de los años 50, del arzobispo Marcelino Olaechea y de los obispos que le sucedieron, que vieron la realidad, sobre todo en los barrios de clase social media-baja, en los barrios obreros, donde no había posibilidad de educación para los alumnos necesitados. Colindantes con las parroquias comenzaron a construir escuelas parroquiales, aularios en los que atendían a los alumnos más desfavorecidos. Este espíritu emprendedor -seguro iluminado por el Espíritu Santo- de dar esta opción de oferta de un montón de parroquias a lo largo de distintas localidades ha llegado hasta hoy, donde hay en Valencia 11, pero si recorriéramos la diócesis alfabéticamente, prácticamente en cada localidad hay un Colegio Diocesano. Desde esos inicios se han ido consolidando.
Hay una fortaleza enorme de los colegios diocesanos, que es la vinculación a la parroquia. Creemos que la acción pastoral y la acción tutorial del colegio está muy bien, pero tiene que tener una continuidad. El hecho de estar vinculados a las parroquias creemos que es una gran riqueza. Y luego, el hecho de tener una entidad como la Fundación de Colegios Diocesanos, invitando a los párrocos a que puedan también hacerse responsables del acompañamiento a las familias, a los alumnos, a hacer pastoral, esa es nuestra fortaleza y esa es nuestra misión.