C.A. / L.B. | 29.09.2022
El 3 de octubre se celebra la fiesta del santo valenciano Francisco de Borja. Una fecha en la que se concluirá el Año Santo dedicado al santo duque con motivo del 350 aniversario de su canonización y el 450 aniversario de su muerte. Un año en que su localidad natal, Gandía, han intensificado la aproximación a su figura y a su santidad a través de diferentes acciones. Un año también muy especial en aquellas localidades ligadas al santo como son Llombai o Turís, así como en las parroquias de las que el santo es titular. Una “figura excepcional”, como lo definía el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, en la convocatoria del Año Santo. Y que, añadía, “ofrece un ejemplo de santidad heroica para los tiempos que vivimos”.
La Colegiata de Gandía ha sido el epicentro de la celebración de este Año Santo, que en palabras de su abad, Ángel Saneugenio, “ha sido un gran acontecimiento espiritual, con el que se ha ahondado en la figura y espiritualidad del santo”. A lo largo de todo el año han sido numerosos los grupos, tanto de Gandia como de diferentes puntos de la diócesis, que han acudido en peregrinación, muchas organizadas por parroquias o arciprestazgos.
También se han organizado diferentes actividades como las conferencias sobre el santo impartidas por diferentes expertos y que han tenido lugar en las parroquias de Gandia. Además, ha cada una de ellas ha peregrinado la imagen del santo duque.
Como culmen del Año Santo la Colegiata editará los ‘Tratados Espirituales’ de san Francisco de Borja. Asimismo, se rehabilitará definitivamente el campanario, gracias a la colaboración de las diferentes administraciones públicas (Ayuntamiento, Diputación de Valencia y Generalitat Valenciana).
Por su parte, la iglesia que regentan los Padres Jesuitas, junto al Palau Ducal, también ha sido el lugar elegido por numerosos grupos de peregrinos de toda España para peregrinar. Allí, además de celebrar la eucaristía, podían conocer de primera mano la vida de Francisco de Borja en el que fue el palacio de su familia. El Palacio también ha acogido dos ciclos de conferencias de expertos sobre el santo llegados de diferentes universidades españolas, además de distintas actividades lúdicas y culturales en las que ha colaborado activamente el Ayuntamiento de Gandía.
Actualmente y hasta diciembre está abierta la exposición ‘El Ducado de Gandía en tiempos de Francisco de Borja’, que ofrece una visión histórica de Gandía y su territorio en el siglo XVI y XVII, incidiendo de forma específica en las obras impulsadas por el IV duque Borja de Gandia.
En la localidad natal de Francisco de Borja, el cierre del Año Santo se celebrará con los actos tradicionales el día de su fiesta entre los que destacan la misa solemne a las 12 h en la Colegiata y la procesión con la imagen del santo, a partir de las 20 h. El broche de oro será un castillo de fuegos artificiales especial, a las 21:30 h.
El jubileo en Valencia
La parroquia San Francisco de Borja, de Valencia, también ha vivido con mucha intensidad este Año Santo, a lo largo del cual ha recibido multitud de peregrinos “no solo de Valencia, sino de muchos pueblos, incluso, de fuera de la Comunidad”, indica el párroco, Pedro Miret.
Además, la parroquia organizó cinco días jubilares extraordinarios en los que se convocó a otros tantos colectivos relacionados con la parroquia. Así, tuvieron su jubileo más de 200 pobres y personas sin hogar que participaron en la misa jubilar y, posteriormente, en una comida en el patio del templo. También la Casa de Andalucía tuvo la oportunidad de participar en el jubileo, así como los enfermos y todos los sacerdotes del arciprestazgo.
Las comisiones falleras de la zona llenaron completamente el templo en su peregrinación. “Fue muy bonito porque no vino solo una representación de cada falla, sino las comisiones en pleno”, recuerda el párroco.
También devotos de la espiritualidad de la Divina Misericordia peregrinaron a la parroquia de Valencia. “Asistieron venezolanos, colombianos, paraguayos… y, por supuesto, españoles. La iglesia se llenó y fue un hermoso signo de comunión de distintas culturas compartiendo la misma fe”, afirma Miret.
Además, han sido muchos los fieles que de modo particular han pasado por el templo. “Hemos tenido un libro de visitas abierto todo este tiempo y muchos peregrinos han dejado constancia de su paso. Hay escritos en español, italiano, francés, inglés y chino”, comenta el párroco.
Miret no duda en calificar este año como de una “verdadera fiesta parroquial”, en la que se han organizado muchas actividades de gran profundidad, como una peregrinación a Gandía o varios ciclos de conferencias, sobre la vida de san Francisco de Borja “que nos han ayudado a conocerle mejor y a profundizar en su estilo de vida”.
El párroco ha podido constatar que ha habido un aumento muy considerable de las confesiones y todos los días ha habido muchísima participación en las misas. “Los frutos espirituales de este año se irán viendo poco a poco, pero es evidente que ha sido un año de un verdadero sentido parroquial y profundización espiritual”, concluye.