❐ CARLOS ALBIACH | 11.05.2023
El arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, visitó el pasado martes la residencia-hogar para menores ‘Mare de Déu dels Desamparats i dels Inocents’, situada en un antiguo convento en Torrent. En esta visita conoció de primera mano la labor que se realiza en este centro y pudo escuchar la experiencia de algunos de los acogidos. El Arzobispo, que también se reunió con el equipo directivo, estuvo acompañado por el obispo auxiliar de Valencia, Mons. Arturo Ros; el delegado episcopal de Cáritas Diocesana e instituciones caritativas, José Mª Taberner; y el director y la secretaria general de Cáritas Diocesana, Ignacio Grande y Aurora Aranda, respectivamente.
“Un hogar de hogares, una gran familia o una escuela de vida”. Así define el director del centro, Pablo Mascaró, este centro concertado por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana y gestionado desde Cáritas Diocesana y el Arzobispado de Valencia. Además, desde que se abrió en 2019 se ha convertido “en todo un referente para otros centros por el sistema educativo y por su estructura”, destaca el director.
El centro acoge actualmente a 24 niños y jóvenes, tanto chicos como chicas, de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. Es un centro englobado dentro del proyecto migratorio, por lo que acoge a menores llegados de distintos países como Marruecos, India y Pakistán, entre otros. También en la actualidad tienen a dos hermanos procedentes de Ucrania.
Esta residencia-hogar, por tanto, acoge a menores en situación de riesgo y desamparo para cubrir sus necesidades básicas ofreciéndoles acogida, convivencia, alojamiento, manutención, apoyo educativo y atención integral personalizada.
Una de las grandes diferencias de este centro es que está organizado en seis pisos independientes, de forma que conviven en pequeñas unidades favoreciendo el clima familiar y que se sientan en un hogar.
Todo estilo educativo, como destaca el director, “tiene a la persona en el centro” y sigue las enseñanzas del papa Francisco: “Su mensaje sobre la atención a los últimos y la forma de atenderles desde la ternura es muy importante para nosotros. Lo importante es que los chavales se sientan queridos”.
En el centro también reciben distinta formación sobre todo para facilitarles la consecución de un empleo en el futuro. Así, se realizan diferentes talleres como jardinería, construcción, cocina o peluquería, entre otros. Desde el año 2019 han atendido a 110 menores y un 75% de ellos ha salido con un empleo. Para ello cuentan con el apoyo de los diferentes programas de empleabilidad de Cáritas Diocesana. “Lo que buscamos es darles todas las herramientas para que cuando cumplan los 18 años puedan independizarse teniendo un empleo”, cuenta Pablo. Llegado ese momento les ayudan en todo lo necesario e incluso tienen un piso de emancipación en Alaquàs o les buscan los recursos necesarios. En este sentido, cuenta que una vez se van siguen manteniendo el contacto con la mayoría de ellos e incluso participan en las celebraciones, de forma que también puedan “ser referentes” para los actuales acogidos.
En el centro también se fomentan diferentes actividades de ocio. De hecho, participan en diferentes equipos deportivos y en la liga ‘Máster’ de fútbol, entre diferentes centros. Asimismo, participan en actividades de grupos Juniors M.D. o Scouts. También tienen diferentes celebraciones como las propias fiestas cristianas o incluso las musulmanas, “ya que desde el respeto celebramos las fiestas que los menores sienten como suyas”, explica el director. “Todo con el fin de ser una gran familia”, apunta.
Colaboración con parroquias
Uno de las acciones que están fomentando es la colaboración con las parroquias y diferentes entidades diocesanas. “Nosotros somos Iglesia”, apunta el director. De hecho, en verano los menores acogidos participan en diferentes campamentos parroquiales. También tienen una colaboración estrecha con Juniors M.D., y entre otras iniciativas, los acogidos participaron con otros jóvenes en la rehabilitación del albergue diocesano en Náquera. Los acogidos, además, participan en diferentes actividades de voluntariado: “una experiencia muy buena, en la que ven que además de ser ayudados, ellos también pueden ayudar”.
Por otro lado, como señala el director, “allí donde nos lo han pedido hemos ido a contar la labor que hacemos y también hemos visto una gran respuesta de generosidad con diferentes iniciativas con el fin de ayudarnos”.
De cara al futuro están trabajando para poder impartir cursos formativos oficiales y también para convertir la antigua hospedería del convento en un piso de emancipación.