❐ BELÉN NAVA | 27.07.23
Manos Unidas trabaja en Haití desde hace más de 40 años en los sectores de seguridad alimentaria, nutrición y producción agropecuaria, acceso a agua y saneamiento, salud y educación. El terremoto de 2010 marcó un antes y un después puesto que la ONG católica incrementó su presencia en todo el territorio del país.
A esto, se añaden las diferentes situaciones que se han ido sucediendo a lo largo de los últimos años (huracanes, crisis de repatriados, pandemia…) que ha provocado una gran emergencia sanitaria y asistencial. Y es que, entre los países del Caribe, Haití es el que tiene el mayor número de personas con discapacidad física.
Tras el terremoto de 2010 se estimaba en 800.000 personas, aunque a día de hoy no existen cifras oficiales o fiables, pero el número no deja de incrementarse. A la gran cantidad de personas que quedaron amputadas tras el seísmo se añaden otras víctimas de amputación por distintas causas: accidentes de tráfico (normalmente de moto, que es el medio de transporte principal) debido a la mala condición de las carreteras y del transporte público, los altos índices de población con diabetes y la falta de atención médica en general.
Es por esto por lo que Manos Unidas Valencia fija en esta necesidad uno de sus proyectos en la isla para que esté al alcance de todos prótesis y órtesis para personas con discapacidad física en Puerto Príncipe.
“Cada día aumenta el número de personas que necesitan prótesis u órtesis para alguno de sus miembros. En cuanto a las prótesis, son los niños menores de 10 años los que más necesitan plantillas, corsés y correctores de piernas arqueadas debido al raquitismo y a la falta de vitaminas por una deficiente alimentación”, explican desde la delegación valenciana de Manos Unidas.
Cabe recordar que más de la mitad de su población (un 58%) sufre pobreza o pobreza extrema. “El empleo no es suficiente para sacar a las personas de la pobreza porque un 45% de los trabajadores gana menos de 1,25 dólares al día y se prevé que esta situación vaya en aumento, teniendo en cuenta la grave crisis social, política y sanitaria que sufre el país, y que parece no sólo no recuperarse, sino ir a peor”, comentan.
“Si dentro de este contexto ya es muy difícil sobrevivir para las familias -prosiguen-, las personas afectadas por la amputación no tienen prácticamente posibilidad de buscarse la vida y acaban dependiendo de la caridad y la mendicidad”.
Así lo entendió la Hna. Isabel Solá, de la Congregación de Jesús-María, que, tras el terremoto de 2010, decidió poner en marcha en 2011 el Taller de San José, en Puerto-Príncipe, para suministrar prótesis a tantísimas personas que lograron sobrevivir, pero quedaron mutiladas. Desde entonces, este taller de prótesis ha estado funcionando y dando un servicio integral a la comunidad de dentro y fuera de Puerto Príncipe.
En 2016, el asesinato de la Hna. Solá supuso un golpe muy duro para su congregación y para la continuidad del taller. A pesar de ello, gracias al esfuerzo de sus trabajadores y de la Congregación, el taller intenta superar las dificultades.
Garantizar la continuidad
El proyecto que lleva a cabo Manos Unidas Valencia, de 12 meses de duración, tiene como objetivo garantizar la continuidad del anterior (llevado a cabo también por Manos Unidas en 2021) y aumentar la calidad del servicio para atender a más pacientes.
“El estado haitiano no contempla ninguna ayuda económica para estos afectados que carecen en su gran mayoría de recursos para adquirir las prótesis y órtesis que mejorarían su calidad de vida y les ayudaría a integrarse en el mercado laboral, si bien se cuenta con el apoyo de la Oficina del Secretariado para Personas con Discapacidad, que envía pacientes, y se hace cargo de los costes de aduana y de los cursos de capacitación para pacientes”, afirman desde la delegación valenciana.
Convenio de colaboración
Con Médicos Sin Fronteras, en Puerto Príncipe, se ha redactado un convenio de colaboración que implica la ayuda mutua en la mejora de la calidad de vida de los beneficiarios del proyecto.
El problema principal es la dificultad que tienen las personas con discapacidad motora para acceder a los recursos terapéuticos necesarios como prótesis, órtesis, fisioterapia o cuidados psicológicos. Las causas son escasez de ayudas gubernamentales y deficiente atención hospitalaria.
Esto suele provocar en las víctimas dolor crónico, ansiedad, depresión y trastornos postraumáticos, además de grave dificultad para reinsertarse en la sociedad y realizar actividades generadoras de ingresos. El proyecto de Manos Unidas incluye todo el proceso que necesita una persona: realización de prótesis y órtesis, fisioterapia y acompañamiento psicológico.
BENEFICIARIOS
- Los beneficiarios del proyecto pertenecen a los estratos más pobres de la población. Viven en los barrios más deprimidos de Puerto-Príncipe y no tienen los recursos suficientes para adquirir una prótesis a precio de mercado que les permita mejorar su calidad de vida. El objetivo específico es mejorar sus condiciones de vida y su integración.
- La presente intervención de Manos Unidas beneficiará directamente a 345 personas (2.070 si contamos a los familiares directos) y contempla la provisión de prótesis, así como programas de fisioterapia y de acompañamiento psicológico.
- Manos Unidas contribuirá con un 80% del presupuesto, destinado fundamentalmente a partidas de equipos y personal local.
- El socio local y los beneficiarios aportarán un 5% del presupuesto en gastos de funcionamiento y de equipos, ya que los beneficiarios pagan una pequeña porción de los costes de las prótesis. Así se evita que caigan en la dependencia y se aumenta su dignidad. El 15% restante corre a cargo de otras instituciones públicas y privadas.