La agenda de los niños en estas últimas semanas están llenas de avisos… pero también viene llena de buenos deseos y de solidaridad. El espíritu navideño impregna las aulas y la solidaridad se hace presente recordando la llegada del Niño Dios.

FOTO: V.GUTIERREZ

BELÉN NAVA| 21.12.23

Esta Navidad queremos cambiar la historia y salimos al encuentro de Jesús en todas las personas que como él no tienen ni dónde ni con quién pasar la Navidad y transmitirles que no están solos, que para ellos también hay motivo de alegría porque lo más importante es Jesús que nace”. Así nos lo explican los jóvenes voluntarios del Regnum Christi que llevaron a cabo el ‘Cristo de la calle’, su primer apostolado del mes de diciembre.

En la Fundación Altius, prepararon decenarios y bocadillos para, esa misma noche, recorrer las calles de Valencia en busca de aquellos que más lo necesitan. “Se acercan días muy especiales, la Navidad y ciertamente, para las personas sin hogar este no es más que un tiempo de mayor dificultad, hace frío y parece que hay dinero y tiempo para multitud de compras y comidas, pero no para ellos. Como si no hubieran sido invitados a la gran fiesta que celebramos, sin embargo, no es casualidad que Jesús tampoco tenía un sitio donde nacer porque todos estaban muy ocupados”, explican.

Son chicos y chicas que, a través de su formación en el colegio Cumbres School, han abierto sus corazones a los demás, especialmente a los que más sufren. “La formación apostólica en Cumbres School está siempre presente, pero en Navidad, los corazones se caldean y la mirada hacia el más necesitado se vuelve más atenta, más intensa…Todos queremos compartir la esperanza y la Buena Nueva con aquellos que nos rodean porque necesitamos recordarles que no están solos. Dios se hace Niño para llenar nuestros corazones de amor y de esperanza”, indican desde la institución académica.

Por este motivo alumnos, formadores y familias realizan numerosos apostolados durante estas fechas. “Canastillas para las madres valientes de Redmadre, jornadas de pintura para los más pequeños de la fundación Altius, donde también preparan y reparten una deliciosa cena de Nochebuena para las familias que están lejos de su hogar y están pasando por grandes dificultades, visitas a la residencias de nuestros mayores y nuestro ‘Cristo de la calle’…”, explican. Y es que en Navidad “se hace más palpable la llamada de nuestro Señor a servir. Su nacimiento nos invita a salir a su encuentro. A verle en cada persona que tenemos al lado, en especial, a los olvidados, a los que sufren, a los que viven el dolor, la enfermedad o la desesperanza”.
Porque como decía santa Teresa de Calcuta, “el simple hecho de que Dios haya puesto un alma determinada en nuestro camino es un signo que quiere que hagamos algo por él o por ella. No ocurre por casualidad, todo ha sido planeado por Dios….”.

Para Antonio González-Aller, colaborador del Regnum Christi, formar parte del ‘Cristo de la calle’ es especial. En esta ocasión conoció a Lamin, un inmigrante africano. “Lo impactante fue que al ver que le ofrecimos comida nos reclamó por “solo darle comida” y no sentarnos o tan siquiera preguntarle su nombre. Lo calmé un poco explicándole que primero le damos comida, luego le damos algo de abrigo para que ya que esté con comida en el estómago y bien abrigado podamos sentarnos a hablar tranquilamente. A partir de esto cambió totalmente su actitud y nos contó sobre cómo era su vida aquí en Valencia”. A Lamin se le notaba frustrado “pero con mucha esperanza porque a la mañana siguiente tenía un sitio en el que quizá le daban trabajo”. Antonio volvió a visitarlo al cabo de un par de días y supo que había conseguido el trabajo “Me alegré muchísimo por él y quedamos en seguir viéndonos. Algo parecido ocurre con Luis, el lleva ya muchos años sin techo y me cuenta que le está costando bastante conseguir uno pero que en estas fechas vio oportunidades de trabajo. Un francés cuyo nombre no recuerdo me dijo cuando volví a verlo que la manta que le dimos es la mejor que tiene”.

Con esta experiencia Antonio quiere remarcar que “estas personas no sólo necesitan cosas materiales (que no dejan nunca de ser importantes) pero a veces aunque no lleves nada encima, solo sentarte a hablar con ellos les marca la diferencia.

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